La vuelta al mundo en 12 días desde Sejas de Sanabria

El campamento de San Lorenzo de Sejas de Sanabria acoge a 90 niños y monitores en su 51 edición que este verano da "La vuelta al mundo en 12 días" que les ha permitido aprender y visitar cada día, entre el hemisferio norte y el hemisferio sur, saltando de continente en continente y de país a país.

Por este campamento han pasado 7.500 niños y monitores de acuerdo a los cálculos del padre Francisco Díez "don Paco".

Dentro de las actividades han recibido la visita del obispo de Zamora, Fernando Valera antes de viajar a la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa. Solidaridad, compañerismo y convivir son los valores que se trasmiten a estos niños desde la comunidad cristiana.

Encarnar y presentar a diferentes pueblos y culturas ha sido el aprendizaje de las diferentes patrullas del campamento: masais, samurais, zapotecas, kooris, korowais, vikingos, ojibwas y chamacocos. Cada uno con su pasaporte y su salvoconducto oficial han tenido que superar las diferentes pruebas para poder continuar con su particular salto por el mundo y que esta semana les acercó al Lago de Sanabria.

Los retos para los participantes ha sido, además de superar las pruebas y ganar puntos aprender la cultura, tradiciones, música y juegos de los diferentes pueblos repartidos por Nueva Zelanda, Indonesia, Méjico, Brasil, Tanzania, Rusia, Canadá y Jerusalén, como explica una de las monitoras que anteriormente fue una de las niñas del campamento, Jimena Barroso, que comparte experiencia con otro de los monitores más veteranos Toño Sánchez.

Geografía

Con diferentes músicas representativas de esta diversidad cultural despiertan a todo el campamento a diario para embarcarse en las pruebas y actividades. Un recorrido por el mundo que además de solventar su curiosidad aprenden nociones de geografía, historia y el folclore porque había países que no sabían dónde estaban.

La geografía diversa también está presente en la procedencia de los asistentes: Castellón, León, Mallorca, Vigo, Madrid, Ponferrada, de la propia Zamora y de más cerca, de Mombuey. Los padres y madres están al tanto del día a día a través de las redes sociales, donde pueden ver las actividades de los niños. Talleres, actividades polideportivas, cinco talleres, actividades lúdicas, bailes, un juego de estratego, rastreo, yincanas por Sejas, espías, etc. no dejan ni un minuto de tiempo libre en vacaciones para estos niños.

Quienes no han podido asistir han sido los niños acogidos de Ucrania porque "se les está complicando la estancia" y por la incertidumbre en estos momentos de si pueden regresar a su país, como explica el padre Paco.

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