La Raya buscará que el santuario mariano de 1542 sea declarado BIC

El objetivo es preservar el templo reedificado en 1907 y arrasado por un incendio en 1917, así como el valor inmaterial de las advocaciones

Misa en honor a la Virgen de la Salud y las siete hermanas en Alcañices. | Ch. S.

Misa en honor a la Virgen de la Salud y las siete hermanas en Alcañices. | Ch. S. / Chany Sebastián

La hermandad de la Virgen de la Salud, presidida por Jesús María Lorenzo Más, sin prisa pero sin pausa, ha abierto las puertas a la tramitarán ante la Junta de Castilla y León y la Diócesis de Zamora del santuario abierto al culto hace 481 años y el encuentro mariano de las siete hermanas de España y Portugal para su declaración como BIC (Bien de Interés Cultural).

Una declaración por su valor patrimonial, histórico, social y religioso para la frontera más antigua de Europa, nacida el día 12 de septiembre de 1297 con la firma del Tratado de Alcañices entre los reyes lusos Dinís y Santa Isabel y el castellano Fernando IV.

Ese será uno de los objetivos prioritarios a corto y medio plazo para garantizar la preservación de ambos valores, el materia e inmaterial, y salvaguardarlos para las generaciones venideras.

El templo y el convento fueron abiertos al culto en 1542 por los frailes de la Orden Tercera de San Francisco, procedentes del eremitorio de Santa María de la Antigua de El Poyo (Ribera de Campazas) y costeado por Francisco Enríquez de Alamansa e Isabel de Ulloa nombrados primeros Marqueses de Alcañices por Carlos V el 5 de diciembre de 1533 en Monzón de Campos. Dinero y mano de obra que directa o indirectamente salió de los súbditos y devotos alistanos.

Se trata de un templo del gótico tardío, así lo delatan su bóvedas, que hubo de ser reedificado en 1907 gracias a la donación de Francisco Fraile Rodríguez (Catedrático de San Isidro en Madrid) siendo testamentarios Francisco Losada y Manuel Corcobado, el arquitecto Joaquín Vargas y el maestro constructor Rafael García. La iglesia fue arrasado por un incendio la noche del 16 al 17 de agosto de 1917.

Desde el 18 de mayo de 2013 es el único santuario mariano de peregrinación de la Diócesis de Zamora, situado en plena ruta jacobea del camino portugués por el que según la tradición peregrinó San Francisco desde Asís a Santiago de Compostela pasando la noche en Alcañices.

El manuscrito de 1683

Los orígenes de la cofradía de la Virgen de la Salud están claros (la fundaron los eremitas franciscanos), sin embrago se desconoce la fecha exacta. Como poco existiría desde hace ya 340 años (cuando la vicaría de Aliste pertenecía al Arzobispado de Compostela) pues en el libro más antiguo de la hermandad que se conserva se recogen los avatares y las cuentas desde el año 1683 hasta 1868, pero son la continuación de otro libro más antiguo.

Abarca un período de 183 años, con lo cual asignándole el mismo tiempo al original se podría llegar a la conclusión que la hermandad podría datar de la llegada de los frailes de la Orden Tercera de San Francisco a Alcañices y de la apertura del templo y el convento al culto hacia 1542. El tercer libro va de 1868 hasta 1881. En el templo estaba la cofradía de la Santa Vera Cruz de 1574 y según Esteban Ferreira Fernández "es de suponer que la de la Virgen de Salud fuese anterior al ser la titular de la iglesia".

Los manuscritos antiguos reflejan que a la romería acudía todo el clero de la Vicaria de Aliste,y áreas limítrofes de Zamora y Portugal, con misas en los altares desde el amanecer.

Entre las ofrendas, aparte de las monetarias, destacaban las de cera, trigo, lana y ajos que luego eran subastados. De los fondos recaudados se pagaba al predicador por el sermón y al cura por la celebración de las vísperas, misa solemne y procesión.

Se pagaban mortajas y en las iglesias de la zona la mayoría de las misas (por los vivos y por los muertos) ofrecidas por las familias alistanas eran a la Virgen de la Salud. Igualmente se costeaba el carro de urces que se quemaba la víspera en la puerta del templo donde se convidaba a pan y vino a los peregrinos. La aportación y colocación de las flores en el carro triunfante correspondía a los mayordomos de la freguesía portuguesa de Sao Martinho de Angueira. En cuanto a los fuegos artificiales en su mayor parte eran sufragados también por los devotos portugueses.

Al año se consumían en el templo dos arrobas de aceite para las lámparas, un cantero de vino para las misas y varias libras en incienso. Una misa cantada costaba 10 reales, el novenario 50 y el sermón 80, que era lo más caro.

Dos homenajeados

María Fernández Alonso durante el homenaje a Tomás Castaño. | Ch. S.

María Fernández Alonso durante el homenaje a Tomás Castaño. | Ch. S. / Chany Sebastián

La cofradía, con 566 hermanos y hermanas, rendía ayer un merecido y emotivo homenaje póstumo al que durante muchos años fuera su cofrade y cargo más anciano: Tomás Castaño Fernández, nacido el 29 de enero de 1926 en Alcorcillo y fallecido en Alcañices el 26 de mayo de 2022. Javier Faúndez Domínguez, presidente de la Diputación de Zamora, le entregaba la placa a la viuda de Tomasín, María Fernández Alonso.

Así mismo se homenajeó a Maribel Santiago Pedraz, de Salamanca, que ha donado diversas obras de arte a la hermandad.

La Virgen de la Salud no procesiona en andas y a hombros sino en un "carro triunfante" adornado con flores, reviviéndose así la tradición de la procesión mas larga que hizo en 1542 para su traslado campo a través por caminos de rodera y herradura desde la ribera de Campazas a Alcañices, subida en un carro agrícola adornado con flores silvestres y tirado por una pareja de vacas de pura raza alistana.

El palio, costeado por los donativos de los devotos, esta hecho en tisú de plata y tela brocada: el cielo, bajo el que va la patrona de Aliste, está bordado en plata y seda azul con el emblema en el centro de la Virgen María.

El dintel que rodea el palio está brocado en plata con un fleco que rodea todo el conjunto. En cada una de las esquinas cuelgan dos borlas de seda que bailan al compás del paso de la procesión y todo su alrededor está salpicado por las tradicionales campanillas y cascabeles que ofrecen el característico sonido de la procesión de la Virgen de la Salud que de nuevo, ha llenado Alcañices.

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