El pueblo de Zamora que recupera el molino del siglo XVI para preservar el oficio de la molienda

El municipio de la provincia con más ríos, cuatro, llegó a contar en 1752 con hasta ocho molineras, todas ellas ubicadas en la ribera del río Frío

El molino de Valer tras la restauración. | Ch. S.

El molino de Valer tras la restauración. | Ch. S. / Chany Sebastián

Valer de Aliste recupera el ancestral molino harinero de agua de La Raya con vistas a preservar la antigua molienda tradicional como un sentido y merecido homenaje a todas aquellas personas, hombres y mujeres, que durante siglos acudieron a él para moler los granos de trigo, centeno y cebada para convertirlos en blanca harina.

Cuenta Valer con la particularidad de ser el pueblo de la provincia de Zamora que cuenta con más ríos: cuatro. Tres de ellos lo vertebran: Frío, Aliste y Espinoso regando durante siglos sus frondosos valles y riberas. Un cuarto, el Cebal, lo bordea justo en el Rodillón (Prado del Tí Domingo Ferreras), donde rinde tributo al gran río Aliste: lugar este donde confluyen los términos de Fradellos, Valer y Flores.

El molino, construido a finales del siglo XVI (1693), toma su denominación de La Raya por su ubicación en la ribera del río Frío, en el paraje de Los Bodonicos, entorno a medio kilómetro antes de llegar al límite con el termino de de Riofrío de Aliste.

El río Frío, nacido en la fuente de Moya Pan en la Sierra de la Culebra, tras pasar por Riofrío y Sarracín, ha sido durante siglos con sus aguas el alma, corazón y vida del pueblo ubicado en ambas márgenes: Valer.

Andrés Rodríguez Gabella, el Herrero de Domez de Alba, es el artesano que se está encargando de la restauración del Redrueno (Rodezno),

Todos los molinos existentes en la antigüedad se ubicaron en su ribera para aprovechar su aguas. Ello no es de extrañar dado que es el único río de la zona que mantiene su caudal en verano. Obviamente, no como sucedía hasta los años ochenta. Actualmente es coto de pesca destinado a preservar las trucha autóctonas alistanas.

Cuando se construyó, hace ya mas de 330 años, se hizo mediante el sistema que se conocía como en común, distribuyéndose su aprovechamiento por días (que poseían completos los más ricos) y horas (los más pobres tocaban a menos). El 31 era el llamado de hacendera.

Para acceder a él se construyó primero un camino de Herradura y luego otro de Rodera que permitía a las familias ir y venir, bien con el Costal (saca) cargada a lomos de la burra o con el carro (varios costales).

Los principales meses de molienda eran los del otoño y el invierno, porque era cuando más agua traía el río, pero sobre todo porque era cuando las paneras estaban a rebosar de grano.

La molienda no sabía de fiestas, ni de horarios: día y noche, lloviese o nevase. Por este motivo el molino incluía un espacio libre donde se podía meter la caballería e incluso hacer lumbre.

El molino de La Raya presto sur servicios hasta bien entrado el siglo XXI en que el abandono de la actividad agroganadera (en Valer ya no queda ni una sola vaca) lo convertía en la crónica de una muerte anunciada.

Francisco Fernández Vaz, ya fallecido, fue siempre en mayor defensor del molino y siempre estuvo en empeñado en su restauración e incluso llegó a proponerlo al grupo de acción local Adata.

Luis Blanco Casado, nacido el 24 de octubre de 1963, actual alcalde pedáneo, tras ser elegido concejal en 2019, se marcó como objetivo principal salvar de la agonía un molino harinero en grave peligro de extinción.

Cantiagos y la chilla

Se trata de un molino privado, ubicado en terreno público, por lo cual la primera tarea, ni mucho menos fácil, fue, uno por uno ir convenciéndolos a todos u conseguir las firmas de todos los herederos de los antiguos propietarios para poder restaurarlo con fondos públicos (municipales).

Logrado tal objetivo, fue el ayuntamiento de Gallegos del Río, cuya Corporación Municipal preside el alcalde Pascual Blanco Martín, del cual es concejal Luis Blanco Casado, el que asumía su restauración y recuperación, como antaño se hizo con uno en Flores y otro en Domez.

La magnífica estructura exterior de piedra sillar de Las Horretinas se mantenía en buen estado, tres siglos después, por lo cual la prioridad fue la restauración de la techumbre de madera y lonjas de pizarra, muy deteriorada por las goteras.

La opción pasó por retirar los viejos cantiagos y la chilla reponiéndolos con un bajo techo nuevo. La cubierta, antaño de lonjas y Refaldos fue sustituida por pizarra extraída en las canteras de Riofrío y Abejera por la empresa Coupa Group.

"Una vez restaurado permitirá dar a conocer a las generaciones venideras las costumbres, las tradiciones y los valores de nuestros antepasados"

La antigua puerta ha sido sustituida por otra, también de madera, obra de los carpinteros de San Juan del Rebollar, que también están habilitando parte de los enseres interiores.

Andrés Rodríguez Gabella, el Herrero de Domez de Alba, es el artesano que se está encargando de la restauración del Redrueno (Rodezno), puramente artesano y hecho en la fragua antaño, que una vez instalado volverá a ser, con la fuerza del agua, el encargado de mover las dos imprescindibles piedras molenderas.

Una vez recuperado el molino de La Raya habrá de prestarse especial atención a la preservación del molino de Los Torres. Este cuenta con la ventaja que se encuentra en un magnífico estado de conservación y habrá que mantener la techumbre para que el agua y las goteras no dañen la maquinaria de su interior.

Valer se marca como objetivo, una vez se culmine la restauración del molino, poner en marcha una ruta de senderismo que permitirá conocer primero el molino de Los Torres, cercano al pueblo (Las Eras), para continuar por la zuda del picaño y los dos puentes de piedra de la Cañada y las Horretinas hasta llegar a la noria del ti Atilano en Val de Frolina. Tras visitar el molino de La Raya se continuaría hasta el límite de Riofrío para subir hacia el Majadal de Val de la Yegua para seguir el recorrido por el Alto de la Cañada, una cumbre que separa entre si a los ríos Frío y Espinoso hasta juntarse en el Recodo.

El pasos mes de mayo se acondiciono el camino de la Ribera con el apoyo de la motoniveladora de la Diputación de Zamora: "El molino de La Raya es parte de nuestras vidas y de nuestra historia y una vez restaurado permitirá dar a conocer a las generaciones venideras las costumbres, las tradiciones y los valores de nuestros antepasados" asevera Luis Blanco Casado que de niño iba a moler a él con su padre Pascual Blanco Baz.

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