San Antón vuelve a escuchar las "relaciones" en Monfarracinos

La pandemia y la guerra de Ucrania centran el "recital" al Santo en una fiesta donde no faltaron las bendiciones de los animales

Fiesta de San Antón en Monfarracinos

Fiesta de San Antón en Monfarracinos / JOSE LUIS FERNANDEZ

I. G.

Monfarracinos ha recuperado una de sus tradiciones más señeras. Tras el parón de dos años impuesto por la pandemia, las relaciones a San Antón se han vuelto a escuchar a las puertas de la iglesia. Esta vez por boca de dos quintas, Aitana y Judit, con Natalia acompañándolas, encargadas de “echar la relación” a San Antón mediante un repaso de los principales acontecimientos en el país y en el pueblo de Monfarracinos.

Elaborada por Sarvelio Villar, las jóvenes relataron hechos como la vivencia de la pandemia en el pueblo y la guerra de Ucrania. "Una pandemia mortal/ nos tenía acongojados/ pues la gente se moría/ sobre todo los ancianos". "Nadie sabía lo que era./ Qué nos estaba pasando./ Desde China nos llegaba/ un virus requeté malo" expresaron las quintas.

En el contexto más local se escucharon referencias a la apertura y cierre de diferentes industrias y negocios en la localidad, las obras municipales reivindicando el adecentamiento de calles del municipio, así como la mejora de la Sanidad local. “Quejarnos sí que queremos/ de algo que aquí está pasando:/ Cada vez pasan más días/ sin médico pa’ curarnos”. 

No faltó tampoco la tradicional bendición de animales y la subasta ofrendas y dones realizados por los vecinos. Volvieron a recuperarse las típicas roscas de anís que dona el panadero, el rosario elaborado con castañas, higos, naranjas y longaniza, las conservas, vinos, licores, dulces y animales, entre otros. La recaudación se destina a los gastos de la Parroquia, tras hacerse cargo del vino, refrescos y cacahuetes que se ofrecen durante la subasta, así como la correspondiente propina a las quintas para la fiesta de Mayo y en contraprestación por salir a pedir y colaborar en el desarrollo de la subasta.

La tradición manda que durante la subasta se prueben y compartan las longanizas de la matanza que los asistentes llevan, así como la degustación de las roscas, torreznos y dulces adquiridos durante la misma.