Recordamos la entrevista a Rafa Castaño realizada a finales de septiembre de 2022. Hoy, jueves 16 de marzo, el concursante de raíces alistanas opta al mayor bote de la historia de 'Pasapalabra'.

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Rafa Castaño se cuela cada tarde en los hogares españoles gracias al disputado duelo con Orestes Barbero en el concurso “Pasapalabra”.

Son 82 días de suspense, con momentos estelares entre dos rivales, “y amigos”, que ponen a prueba su capacidad intelectual por un suculento bote que ya supera el millón y medio de euros. Zamora, y más en concreto la comarca de Aliste, se hace visible de cuando en cuando en uno de los concursos de moda de la televisión gracias a la presencia del “medio zamorano” Rafa Castaño. Hijo de alistano, el periodista nacido en Sevilla no ha dudado en dar voz a una de las demandas más apremiantes en la comarca, la conversión en autovía de la N-122. En su último viaje al pueblo de su padre, Alcorcillo, Rafa escuchó y comprobó en carne propia la “justicia” de esta reivindicación.

–¿De dónde le vienen las raíces zamoranas?

–Mi padre nació en Alcorcillo de Aliste. Allí estuvo hasta los 15 años. Después emigró a Logroño, hizo la mili en Morón de la Frontera y acabó en Sevilla, donde conoció a mi madre. Y allí nací yo.

–En Pasapalabra se ha presentado como ‘medio zamorano’ ¿visita mucho la tierra paterna?

–Casi todos los veranos vamos unos días a Alcorcillo. Aunque vivo lejos, tengo cerca a Zamora. Allí está mi abuela y quedan muchos primos. En estos pueblos pequeños casi todos somos familia.

Aunque vivo lejos, tengo cerca a Zamora. Allí está mi abuela y quedan muchos primos

–En la última visita de este verano los alistanos le pidieron que diera visibilidad al problema de la N-122 y la deseada conversión en autovía. Aunque también habrá vivido de cerca la dolorosa vivencia de los incendios.

–La gente sabe que tienes una plataforma muy importante en el programa y si es posible reivindicar algo para una provincia que como tantas otras en España está más olvidada, pues bienvenido sea. Es verdad que el tema de los incendios estaba muy presente; de hecho, si continúo, saldré con una camiseta de la Sierra de la Culebra. Pero la N-122 está muy en la mente de todo el mundo en Aliste. Yo mismo he podido comprobar la cantidad de camiones que circulan por el centro de Alcañices. Aquello es una locura, un tráfico absolutamente inadecuado para unas calles así. Durante esos días que estuve por Alcorcillo salió mucho el tema y, a parte de preguntarme si Roberto Leal es muy simpático o no, también aprovecharon para pedirme la reivindicación de la autovía y yo encantado.

Cada vez que escucho España vaciada pienso en el pueblo de mi padre, Alcorcillo

–Más allá de la N-122, en alguna ocasión ha hecho gala de sus orígenes y ha situado el nombre de Aliste en el mapa.

–Sí, además siempre recuerdo aquella frase de Clarín “me nacieron en Zamora”. A mí no me nacieron, pero aunque he pasado toda la vida en Sevilla, Zamora está presente. En uno de los primeros programas saludé a mi abuela y a toda la gente de Aliste. Todo lo que sea hablar de esta provincia, que se la recuerde y se reivindique lo bueno que tiene y las cosas que se pueden mejorar, yo encantado.

He podido comprobar la cantidad de camiones que circulan por el centro de Alcañices y una locura

–Zamora agradece que se aprovechen tribunas con eco nacional, acostumbrada solo a salir cuando se habla de despoblación, envejecimiento o ahora los grandes incendios.

–Por eso estoy encantado de hacerlo en el programa. No se si es por el envejecimiento de la población o porque los jóvenes se van, hay cierto sentimiento de resignación y es una pena. Cada vez que escucho España vaciada pienso en el pueblo de mi padre, que sigue teniendo su vida sobre todo en verano. Es verdad que es una vergüenza que en cuanto entras en el pueblo no tienes cobertura de móvil. Cómo pretenden repoblar la España vaciada si no hay una buena comunicación. Hay tantas razones por las que la modernidad no ha entrado todavía en esos pueblos que te da mucho coraje cuando piensas en todo lo que se podría hacer y en las razones por las que esas zonas de España están así.

–Quien conoce Zamora descubre un territorio maravilloso.

–Tiene lugares increíbles. Es verdad que como soy del sur siempre he notado cierto contraste en el primer contacto con la gente. El zamorano de primeras es un poco más seriote, pero luego, cuando te acoge, lo hace para siempre.

Cada día que pasa pienso que es el primero, también porque me puedo ir siempre en el siguiente programa

–Lo que hace posible que su voz tenga tanto eco es la vuelta a Pasapalabra donde está a punto de hacer historia con uno de los duelos más dos disputados junto a Orestes Barbero. ¿Cómo está viviendo la experiencia?

–Me siento un privilegiado. Cada día que pasa pienso que es el primero, también porque me puedo ir siempre en el siguiente programa. Entonces lo tomo con mucha emoción siempre, no bajo la guardia, estudiando mucho, muy ilusionado y siendo consciente de la suerte que es, no solo durar tanto sino concursar con un tipo como Orestes que, a parte de buena persona, es un grandísimo concursante. Creo honestamente que los dos damos un buen espectáculo. Ahí seguimos peleando, viendo cómo el rosco siempre se queda a dos centímetros de nuestros dedos.

Rafa Castaño durante las vacaciones, este verano en Francia

–Ya tiene experiencia en varios concursos de televisión, entre ellos Saber y Ganar, uno de los históricos. Se adivina que es curioso, culto, gran lector, pero enfrentarse a la cámara es otra cosa. ¿Qué le empuja a participar?

–Es verdad que lo de enfrentarse a la cámara no se puede entrenar, la suerte que tengo es que no me pongo nervioso. Sobre lo de los concursos, a parte de esa curiosidad que dices y que siempre me gusta aprender, creo que tanto Orestes como yo somos de una generación que ha crecido con estos programas. En España siempre ha habido concursos, pero cuando entran las cadenas privadas han proliferado más y creces viéndolo desde casa. Me hacía ilusión presentarme y a medida que iba creciendo veía que me sabía ciertas cosas y pensaba que lo podía hacer bien. Igual que no iría nunca a Masterchef o a Mira quien baila, porque me iría en el primer programa, consideraba que podría hacer un buen papel en estos concursos de tipo cultural.

Me siento un privilegiado por concursar con un tipo como Orestes que, a parte de buena persona, es un gran competidor

–A ciertos concursos no se puede presentar cualquiera, por el nivel de exigencia intelectual.

–Pasapalabra es un programa que ha experimentado una evolución muy pronunciada, hay una especie de círculo vicioso o virtuoso por el que cada vez los concursantes van más estudiados y por lo tanto los roscos cada vez son más difíciles. Si te pones a comparar cómo era el programa hace años, la dificultad ha subido y también la exigencia. A Pasapalabra se puede presentar cualquiera, pero es difícil sobrevivir si no vas estudiado. En cambio en Saber y Ganar, cualquier persona con buena cultura general puede durar, independientemente de los nervios. Porque he conocido a gente muchísimo más culta que yo, que luego se pone delante de la cámara y se bloquea. Esa parte de telegenia o saber estar frente a la cámara también es importante.

–Al final hay que tener unos nervios de acero ¿no?

–Nervios de acero y agilidad mental. Creo que en el duelo de Orestes y yo influye que estamos totalmente entregados al programa, además no tenemos cargas familiares. Él aún está estudiando y yo ahora mismo no estoy trabajando porque me estoy preparando el programa. Digamos que esa nube mental que casi todos tenemos a partir de cierta edad pues nosotros todavía no la tenemos y eso nos permite también tener la mente más despejada, responder mejor. Yo creo que al ser joven te adaptas mejor a ese ritmo.

Yo creo que al ser joven te adaptas mejor al ritmo que impone 'Pasapalabra'

–Suscita mucha curiosidad saber cómo se prepara uno un programa con un espectro de temas tan amplio, se adivina casi como una oposición de Juez o Abogado del Estado.

–Totalmente. Pero también depende del programa al que te presentes. Creo que lo primero que hay que hacer es conocerlo bien. Las pruebas, el tipo de preguntas que hacen, los ritmos que exigen, las estrategias. Cuando conoces el programa y ves muchos roscos te das cuenta de que la mayoría de las palabras del rosco son normales y la guinda del pastel está en esas cuatro difíciles que son una lotería. ¿Entonces qué haces?, pues intentas adelantarte a los guionistas. Por ejemplo, si los últimos 50 programas han preguntado dos capitales de regiones de Colombia, pues te estudias todas con la esperanza de que la tercera te pille estudiado.

–Eso si que es casi puro azar.

–Sí, porque por cada paso que das tú, ellos han dado cuatro. Al final esa frase de que ‘quien resiste gana’ es el lema de Pasapalabra. Tienes que estar ahí, como si te tiras 500 programas, pero tienes que estar el día que te sepas las 25 (palabras). Y mientras, mantener un buen nivel general, estudiando mucho, repasando mucho, viendo muchos roscos y no perdiendo nunca la calma ni confiarte.

La clave es mantener un buen nivel general, estudiando mucho, repasando mucho y no perdiendo la calma

–¿Entonces ha dejado todo para prepararse el programa?

–Sí, yo estaba trabajando en la librería de la que soy socio, Caótica. Llevaba unos meses preparando las oposiciones de bibliotecario de la Universidad y dejé todo a un lado para ponerme con estas “oposiciones”. Ahí estoy, a piñón, dedicándole todas las horas que puedo, tampoco sin obsesionarse, pero sin dejar que pase un día sin estudiar.

–¿Cómo se vive ese momento, que alguno ha tenido, cuando ves ya el rosco en las manos y se fastidia por una palabra que se escapa, aunque te la sabes?

–Ha habido dos veces que me he quedado a una con palabras que me había mirado. Una es la de un Parque Natural de Colombia, que era Utría. La tenía apuntada y me la había mirado en su día, pero no me acordaba. Y otra fue especialmente sangrante porque la tenía estudiada. Era un atleta que ganó un oro olímpico en Decathlon en Pekín 2008 y el problema es que me había estudiado 1.200 oros olímpicos. Yo sabía que era una palabra cortita, que tenía un ‘a’ y una ‘y’, pero no ponía en orden las letras. Dije una palabra que se aproximaba, pero no era. Y también gusta mucho cuando aciertas una palabra especialmente rara. Por ejemplo, me preguntaron el apellido del jefe de gabinete de la Administración Obama entre 2008 y 2009 y es algo que curiosamente me sabía, no por estudiarla sino porque me gusta mucho la política estadounidense. Sin estar muy seguro creía recordar que era Rahm Emanuel y efectivamente era. ¡Me quedé a gusto!. Son esos momentos en los que te das cuenta de que merece la pena estudiar. Porque aunque no te lo lleves, si te quedas a 24 significa que tienes buen nivel y en algún momento saltará la liebre.

Aunque no te lo lleves, si te quedas a 24 significa que tienes buen nivel y en algún momento saltará la liebre

–Con dos concursantes tan brillantes el espectáculo está servido, más con esa ‘silla azul’ que parece un templo de tortura.

–Imagínate, se pasa fatal. Pero si vas ganando, puedes ir manteniéndote y yo entiendo que habrá gente que esté cansada de vernos las caras, pero también creo que hay mucha gente que disfruta este duelo porque Orestes y yo somos perfiles que se complementan. Nos llevamos muy bien y por otro lado tenemos formas distintas de jugar, de comportarnos, un humor distinto, una vida distinta. Es muy interesante compartir esta etapa con él y creo que también lo es para la audiencia.

Aunque que pase poco por Zamora, siempre la llevo dentro y quiero a esa tierra

–¿Hasta qué punto le ha ayudado a llegar hasta aquí su formación como periodista?

–Lo que más me ha aportado estudiar Periodismo para ir a los concursos es esa curiosidad por todo. El periodista tiene que saber un poco de todo, le tiene que interesar todo, es alguien que quiere aprender y saber cómo son las cosas, Aunque yo no he ejercido mucho, porque he trabajado más de librero que de otra cosa.

–El domingo de nuevo a coger el tren a Madrid para grabar.

–Así es. Normalmente grabamos dos días a la semana, lunes y martes, y cuando se aproxima el parón de Navidad o de agosto, pueden ser tres o cuatro.

–No tiene entonces tiempo de volver a Zamora, ¿lo veremos por aquí de nuevo?

–Ahora es complicado. Aunque que pase poco por Zamora siempre la llevo dentro y quiero a esa tierra.