El ganadero de Sobradillo Manuel Prieto Herrero se encontró en la mañana de ayer con cuatro ovejas muertas, "todas preñadas", en el interior de una cortina donde guarecía a una veintena de animales. Sostiene que se trata de una matanza llevada a cabo por el lobo, "que saltó la cerca" y se adentró en la parcela. Puesto los hechos en conocimiento de la Guardería Medioambiental, el ganadero no podía alejarse ni un momento del lugar hasta la llegada de los funcionarios o de un familiar porque "están los aguiluchos y los buitres por aquí y en un momento dan cuenta de las ovejas".

Critica el ganadero con dureza los ataques del lobo y muy especialmente a la gestión que la Administración hace de la especie. "La solución que nos queda a los ganaderos es desaparecer" afirma. Pone de manifiesto que "es un asunto que no tiene solución porque los ganaderos somos cuatro pelagatos, tres por un lado, otros tres por otro y a los políticos, tanto de derechas como de izquierda, les interesan los votos, y en la ciudad hay miles de ecologistas". En su criterio, la solución es cuestión de "voluntad política" Tal es su desazón que considera que un hijo que tiene que podría seguir con vacuno está en la incertidumbre y a lo mejor tendrá que irse de albañil o trabajar en otro campo.

Manuel Prieto Herrero dice que "me quedan cuatro años y, tal como está la cosa, lo más acertado es que el lobo me matara todas la ovejas y no verme obligado a venderlas porque, con el lobo por medio, nadie las quiere". Reconoce que la Junta de Castilla y León paga las muertes y, además, "con rapidez". No es este ataque el primero de su vida ni mucho menos. Hace dos años perdió dos ovejas en otro asalto. Prieto Herrero recuerda que "hace cuarenta años, cuando ocurría un ataque de lobos al día siguiente se hacía un ojeo y en un tiempo de uno o dos años no se volvía a saber de lobos". Ahora se suma el tener que "hacer de sereno" ante las ovejas muertas hasta la llegada de los agentes".