Caballistas y aficionados a los toros encontraron ayer el mejor acicate en el prado de la Vega de El Cubo del Vino. La finca acogía el tradicional encierro de las fiestas de Santo Domingo de Guzmán. En la finca se dieron cita en torno al medio centenar de jinetes con sus caballos, decenas de aficionados a pie y centenares de curiosos que observaban el espectáculo desde el otro lado de la valla.

La fiesta transcurrió sin que ninguno de los participantes sufriera heridas remarcables. Tan solo uno de los caballos, procedente de la localidad guareñesa de Villaescusa, sufrió una pequeña cogida. Su jinete logró mantenerse a lomos del corcel y salir ileso del incidente.

Los toros los puso la ganadería de Antonio Santos, ganadero de Cubo del Vino, que tiene su finca principal en el término del municipio cubino. El primer astado fue soltado en el prado a las diez y media de la mañana; un novillo barroso, de buena presentación y grandes pitones.

Este cornúpeta, de carácter bravío, permitió a los caballistas que participaron en la fiesta protagonizar algunas de las mejores carreras de la mañana durante la primera hora del encierro. El astado respondió bien a las llamadas de los jinetes y dio emoción a la jornada.

Pasadas las once entraba en el recinto un segundo novillo zaino que al poco de quedar libre arremetía contra la valla que cerca el prado de la Vega. Sus embestidas dieron un susto sin mayor importancia a algunos de los espectadores que se agolpaban al otro lado del cerco. Este astado, también bastante bravo, no dejó que el ambiente decayera durante el resto de la mañana.

Además de los aficionados caballistas, varias decenas de taurinos se animaron a entrar en el prado a pie para demostrar sus habilidades frente a los novillos haciendo recortes. Algunos se servían de diferentes elementos para llamar la atención de los animales, como bastones, garrochas, improvisados capotes y hasta paraguas.

El tiempo soleado pero no excesivamente caluroso pudo influir en la afluencia de público, mayor que la de anteriores ediciones.

Entre los muchos aficionados y curiosos que se agolpaban contra la valla se encontraba una familia alemana que contemplaba boquiabierta el espectáculo. Los cuatro miembros de la familia incluso llegaron a adentrarse en el recinto caminando sobre sandalias.

Las fiestas de Santo Domingo en El Cubo se clausuran hoy con una convivencia en el parque, donde se podrá degustar una enorme paella que elaborará un grupo de voluntarios y donde los niños podrán divertirse con juegos e hinchables que decorarán el lugar.