-Las primeras gaitas?

-Las primeras gaitas que hice eran como la que tenía mi padre, que se la compró al gaitero de Pedralba. Mi padre fue a ver al gaitero para que le arreglara y lo que hizo fue una nueva. Yo tenía seis años cuando fuimos a San Juan, a Ribadelago, y estaba el gaitero de Pedralba porque era la mejor fiesta que se hacía. ¡Bueno San Juan de Ribadelago! Se iba hasta de merienda a la Callella. Mi padre ya andaba tocando por los pueblecillos aquellos de Galende, Trefacio, creo que fue hasta Castro. Pero a las fiestas importantes llamaban al de Pedralba. Una de mi pueblo le dijo a mi padre en la fiesta que fuera a pedirle la gaita al de Pedralba para tocar. Con aquellas palabras que tenía mi padre le respondió: ¡Anda y que lo jodan! Y entonces le dijo la mujer: ¡Condenao "gaiteiro", ahora se la pido yo! Cuando se la pidió para el gaitero de Pedrazales dijo que ese sí se la dejaba pero le pidió que fue él a buscarla. Y mi padre fue. Tocó mi padre con una mujer que llamaban Maruja "la Gallega", y, con el tambor, uno que llamaban Morais de Galende. Todo el mundo preguntaba de dónde era aquel gaitero. ¡Si es de Pedrazales, que lleva tocando unos años! ¡Pero si toca mejor que el maestro, tiene más voz¡ Eran los comentarios. Fueron los de Ribadelago a buscar a mi padre y adiós al gaitero de Pedralba, que no lo volvieron a llamar más.

-¿Se ha sentido reconocido en su tierra?

-Sí. Nos dieron un homenaje en el 2002, creo, el día de San Pedro, en Zamora. Había 2.000 personas en la Plaza de la Marina. Había de Castro, de Rozas, de Galende... La que se hizo allí con un montón de gaiteros. Al recibir el premio el del Consorcio nos pidió el favor de que tocáramos el Baile Sanabrés completo. Que Delio, de Robledo, tocara el tambor; yo que tocara la gaita y que mi hermano Tarsicio y mi hermana María Francisca bailaran. Como mis hermanos bailan, no baila nadie en ningún lado. Cogí la gaita y Delio el tambor. Venga a aplaudir a cada baile. Cuando terminamos no nos dejaban marchar.