Luego Maíllo hizo referencia a lo que todos los presentes querían escuchar, que solicitará ayuda para llevar adelante la mejora del tramo que queda de carretera, «entre Zamora y el puente de Manzanal, porque la Diputación de Zamora seguirá haciendo las infraestructuras necesarias». Estas palabras arrancaron los aplausos del auditorio.

Habló de «un puente moderno, del siglo XXI, que acerca la capital a la comarca de Alba y Aliste, enclavado entre dos carreteras nacionales: la N.122 y la N-631». No desaprovechó la ocasión para reclamar el mismo compromiso al Gobierno Central y «que convierta la N-122 cuanto antes en autovía, porque si la Diputación cumple espero que la Administración central cumpla».

Fernández Maíllo abundó en que «hemos conectado el pasado con el presente y con el futuro», y destacó «el diálogo» que imperó en las fases previas. «Desde el primer momento hemos dialogado con los ciudadanos a través de sus legítimos representantes, que son los alcaldes. Quiero agradecer su generosidad, su confianza en la Diputación si ponían el clima necesario para ejecutar la obra. No es el puente del presidente, es fundamentalmente de los ciudadanos» expresó.

También aludió a una actuación llevada adelante «con urgencia, pero sin prisas». Maíllo indicó que «se ha inaugurado cuando ha tocado, cuando se han hecho todas las comprobaciones necesarias porque lo más importante era la seguridad de los trabajadores y la seguridad futura de los viandantes».

Elogió la resuelta disposición del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, para colaborar. «Tardé un segundo en convencerle de la necesidad de hacer este puente. Es un puente también de Juan Vicente Herrera» pronunció.

Y terminó diciendo que el puente representa que «cuando queremos podemos, que a veces lo inalcanzable es alcanzable, que lo inverosímil es posible y que también la utopía es posible en política y se puede convertir en realidad cuando se trabaja unidos».

La obra salió adelante con 6.010.000 de euros aportados por la Junta, 4.296.467,65 del Feder y 3.252.914,35 de la Diputación.

Uno de los grandes combatientes -en su caso contra Iberdrola- el senador popular Dionisio García Carnero, expresó su satisfacción «porque el puente está hecho». Señaló que «es una obra importante y un anhelo de las gentes de la comarca, que ha supuesto una reivindicación y una pelea administrativa durante mucho tiempo». «La obra está ahí y, cuando se llega a esto, lo pasado, pasado. Han pasado quince años largos y el resultado es que hay una infraestructura; y a todos los que hemos luchado, esta obra nos llena de satisfacción» remachó.

El gerente de Asuntos Sociales de la Junta, Eutimio Contra, natural de Manzanal del Barco y otro de los trillaron lo suyo por desterrar la marginación viaria de la zona a causa del maltrecho puente existente, puso de manifiesto que «el viaducto es una bendición para esta tierra y para la provincia porque es una obra estratégica, porque desde Almendra hasta el puente de la Estrella no hay otro puente de comunicación entre Campos y Alba». Reiteró que «es una obra fundamental y ganada entre todos». Añadió que «la Diputación y la Junta han sido sensibles y, al final, han lo han llevado adelante». Respecto a la empresa Iberdrola hizo especial hincapié en dejar claro que «siempre tiene que vivir con Zamora y Zamora con Iberdrola. Vivir en simbiosis es lo justo».

El arquitecto de la Diputación, Angel Macho, ya dentro de la carpa montada para celebrar el mayúsculo viaducto, realizó una somera explicación técnica sobre el puente. «Lo último que se construyeron, previo a las aceras y a las barandilla, fueron las dovelas laterales, culminando con la dovela de cierre (en el centro), que se instaló a las cinco de la mañana porque se movían ambos extremos por las temperaturas y había que esperar a que se enfrentaran para poder hormigonar». Respecto a la prueba de carga del puente apuntó que «se colocaron sobre los vanos entre 10 y 14 camiones, con un peso total de 532 toneladas. Se deformó menos de lo que estaba calculado y se ha recuperado más de lo que la norma preveía, con lo que estimamos que el puente es muy seguro». Terminó su alocución con un agradecimiento a los responsables de obra y al conjunto de obreros, y «contento de que no haya habido prácticamente ningún accidente laboral».

La alcaldesa de Manzanal del Barco, Ana Isabel Argüello, también tomó la palabra para indicar que «cuesta poco mostrar la alegría que sentimos al ver terminado un puente que para todos era necesario y primordial». Argüello expresó que «ha sido una lucha que hoy, 29 de octubre, será una fecha fácil de recordar porque inauguramos el puente de Manzanal».

Entre otros vecinos, asistió a los actos José Requejo, que ha seguido la obra día a día. «He calculado y habré hecho unos 3.000 kilómetros en paseos» dijo. «Ahora lo que hace falta es el arreglo de la carretera». Joaquín Esteban, de 83 años, tampoco quiso ayer perderse el evento. «Es un puente cojonudo» dijo.

El PSOE destaca la ayuda del Estado

El concejal socialista en el Ayuntamiento de Zamora, Carlos Hernandez, reprochó una mayor formalidad en las invitaciones a los responsables del Gobierno Central «porque la mayor parte de la financiación se hace con fondos europeos». Subrayó que «si el partido popular se queja cuando no hay fondos europeos, parece justo reconocer que cuando los hay se vea la distribución que hace el Estado».

Aludió a que «un puente sólo es un trozo de carretera que cruza un río», e instó a mejorar «el resto de la carretera hasta Zamora porque es fundamental para el desarrollo de una de las comarcas más deprimidas de la provincia, ya de por sí deprimida». Exigió «un esfuerzo que la actividad política se vea en un compromiso de ejecución de la nueva carretera que, en algunos tramos, es intransitable y, por cierto, una de las que tienen mayor índice de siniestralidad en toda la provincia».