Quiruelas de Vidriales crea la primera cooperativa energética de la zona con 30 vecinos

Quiruelas de Vidriales ha constituido la primera cooperativa energética de la comarca con vecinos y empresas de la localidad y del municipio pedáneo de Colinas de Transmontes.

El objetivo es lograr el autoconsumo y comercializar la energía sobrante. La iniciativa ha sido impulsada por el Ayuntamiento y podría ampliarse a las localidades de la comarca interesadas y con las que ya se ha mantenido una reunión.

Una treintena de vecinos de Quiruelas de Vidriales y de Colinas de Transmonte, entre ellas el Ayuntamiento y dos empresas como personas jurídicas, integran esta cooperativa energética cuyos estatutos ya ha aprobado la Junta de Castilla y León.

Los socios han firmado la carta de compromiso, la sociedad ha formalizado el acta de constitución, y obtenido el número de identificación fiscal (NIF). También ha abierto una cuenta bancaria temporal para que los socios realicen la aportación de capital que le corresponde a cada uno y una vez cerrado este paso se elevará a escritura pública.

QC Energía –así se llama la cooperativa– promoverá el desarrollo en dos parcelas municipales, una en Quiruelas de Vidriales ubicada en el casco urbano, y otra en Colinas de Transmonte, de dos estaciones fotovoltaicas de 100 kilovatios cada una.

Nada en este proyecto se ha dejado al azar, según detalla el alcalde de Quiruelas, Antonio Marcos Cidón. Hace un año el Ayuntamiento instaló placas solares en la cubierta de la Casa Consistorial para lograr un cierto nivel de autoconsumo, y en junio decidió poner en marcha esta iniciativa reuniendo en dos citas diferentes a los vecinos de Quiruelas y de Colinas de Transmonte.

Aunque a esos encuentros asistieron medio centenar de personas, la cooperativa se ha constituido con los 30 vecinos citados. Esta fase está cerrada, por lo que no cabrían ahora mismo más adhesiones. Los vecinos interesados tendrían que esperar a una nueva fase.

Subvenciones de hasta el 60% del coste de la inversión

El modelo elegido, con estaciones de 100 kilovatios, busca conseguir todas las subvenciones posibles. La primera, solicitada a la Junta de Castilla y León, tendrá que resolverse el próximo mes de febrero, aunque la cooperativa concurrirá a todas las líneas de ayuda que se convoquen.

Las subvenciones a las infraestructuras fotovoltaicas de este tipo pueden alcanzar desde el 30 hasta el 60% de su coste.

La iniciativa partió de los contactos del Ayuntamiento con un técnico especializado y devinieron en la convocatoria de las reuniones vecinales.

Los vecinos interesados aportaron una factura de consumo eléctrico y el conjunto de datos recabados permitió realizar un estudio económico que ha determinado la viabilidad del proyecto y de la cooperativa creada, que tendrá amortizada la infraestructura en cuatro años y aportará a cada socio beneficios netos en 25 años, además de no tener que pagar por la energía en días soleados y de lograr un ahorro anual sustancial en comparación con el suministro eléctrico convencional.

Los datos de potencia contratada y de energía consumida por los socios (tanto de los vecinos participantes y empresas como por el Ayuntamiento), aconsejaron dimensionar la producción teniendo en cuenta la potencia total resultante más un 40% de la misma a mayores, esto es, un 20% más en previsión de sobreconsumos y otro 20% para futuras ampliaciones.

La energía producida requerirá un cierto cambio en los hábitos de consumo de los socios, dado que solo cabe de forma gratuita en horas de sol. En ese periodo es cuando se deben usar los electrodomésticos y no en los periodos nocturnos, o en días de lluvia o sin sol.

Comercializar la energía sobrante

De ahí que la cooperativa negocie la producción con una comercializadora a la que se cobrará el excedente de energía, y a la que se pagará por el consumo en esos periodos en los que estaciones no son productivas o si se consume energía de noche.

Cada socio realizará una única aportación en la que se incluye la cuota y su parte de capital social. Esta aportación se fija de acuerdo con la potencia contratada y la energía consumida en cada caso. Un ejemplo práctico y real: un hogar de Quiruelas ya asociado con 3,45 kilovatios de potencia contratada y un consumo anual de 2.326 kilovatios realizará una aportación de 504 euros (404 de cuota y 100 euros de capital social).

En este caso concreto e estima que el ahorro anual será de 271 euros y el retorno a los 25 años de 7.000 euros.

“Es más que viable. El estudio económico ha sido muy conservador a la hora de prever la concesión de subvenciones y ha tomado como referencia los precios de la luz de hace un año. En cuatro años la instalación estaría amortizada”, explica Marcos Cidón.

Democratización de la producción energética

En el caso del Ayuntamiento, la aportación rondaría los 18.000 euros y el retorno económico a los 25 años se estima en 230.000 euros. Para ejecutar la inverión, la cooperativa acudirá a la financiación bancaria provincial.

El coste de cada estación de 100 kilovatios con más de 200 módulos fotovoltaicos se estima en unos 100.000 euros.

El objetivo de la iniciativa “es lograr una cierta soberanía energética, lo que nos permite la democratización de la producción de energía, y luchar así contra el cambio climático”, explica el alcalde de Quiruelas, que no descarta combinar la energía fotovoltaica con la producción micro eólica gracias al avance de la tecnología y pequeños y potentes generadores sin palas.

De momento, solamente la acumulación queda descartada hasta que las baterías de litio se sustituyan por baterías de sodio. “Ojalá el desarrollo tecnológico nos permita contar con vehículos eléctricos compartidos para el reparto por las localidades”.

Junto a la alcaldesa de Calzadilla de Tera y el técnico implicado en la iniciativa, Marcos Cidón expuso su proyecto a 20 alcaldes de la comarca hace una semana. “La iniciativa ha caído bien. Estamos elaborando un modelo de carta para que se adhiera quien quiera”, señala.

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