Entrevista | Mireia Giménez Escritora de "El Pacto de las Flores"

“Yo no tengo papel en blanco, cuando escribo lo hago sobre algo planificado”

“Me gusta mucho el steampunk y quería hacer un relato más cercano a los jóvenes que, además, se desarrolla en España”

La escritora Mireia Giménez, con su libro “El Pacto de las Flores”, tras la presentación en Benavente. | E. P.

La escritora Mireia Giménez, con su libro “El Pacto de las Flores”, tras la presentación en Benavente. | E. P. / Eva Ponte

Mireia Giménez Higón ha estado en Benavente para presentar su novela steampunk “El Pacto de las Flores” en un acto organizado por la Librería de Ángela. Es la primera de una trilogía “Edetania” que se desarrolla en un siglo XIX alternativo. Trilogía que ya está escrita y de la que ha autopublicado los dos primeros libros.

–Ha presentado en Benavente, en la Librería de Ángela, “El Pacto de las Flores”. Háblenos de este libro que forma parte de una trilogía, “Edetania”.

–Así es, aunque no es una trilogía al uso. Hay una contextualización, que es el hilo que une a los tres libros, pero cada libro es una historia. “El Pacto de las Flores” es un thriller donde se tiene que adivinar una serie de muertes que se suceden en un lago; el segundo libro, “El Tribunal de las Aguas”, es una aventura donde hay una especie de navío fantasma que va a cazando los navíos de los imperiales; y el tercero, “La Orden de San Jorge”, sería una historia bélica.

–El segundo libro también está ya publicado.

–Sí, y el tercero está previsto que salga en diciembre. Una de las cosas que yo quería, para sacar la trilogía, era que estuviese escrita ya. Soy de esas personas que me estreso si no veo que llega el final. Quería que tuviera una continuidad y que los tres estuvieran publicados en el menor tiempo posible y me esperé a tenerlos terminados.

–¿Cuál es la contextualización que comparten estos tres libros?

–Es una ucronía, del estilo steampunk, que es un género que es heredero de Julio Verne o H. G. Wells y nos encontramos una historia en la que se mezclan hechos históricos, aventura, y la fantasía. Lo que he hecho es dos vuelos de mariposa. El primero en línea real histórica, que trata de viajar hasta el siglo I después de Cristo. Ahí nos encontramos con un personaje que nadie conoce, salvo que haya tenido interés en él, porque fue borrado de la historia. Este hombre es Nigrino, el principal contrincante de Trajano para subir al trono del imperio romano. Nigrino se conoce por casualidad a finales del siglo XIX por una reforma de una casa en la que se descubre un mural de piedra en el que aparece Marco Cornelio Nigrino y sus 24 condecoraciones. Es el general con más condecoraciones de la historia de Roma. Este eligió el bando perdedor frente a Trajano. Como suele ocurrir, los perdedores tienen que desaparecer de un modo u otro y se le ofreció regresar a casa, a Edetania que es el lugar donde se desarrolla toda la historia de las novelas y ahí se dedicó a realizar edificios civiles.

–En ese primer “aleteo de mariposa” lo que hace es cambiar el rumbo de la historia.

–Sí. No es Trajano el que gana, sino Nigrino. Consigo así que la parte más fantástica se mantenga, porque logro que en el siglo XIX se mantenga cierto culto a las divinidades de Roma. De ese modo también la iglesia católica no consigue casi la homogeneidad de las religiones. Es un salto importantísimo hasta principios del siglo XIX. Ahí nosotros perdemos contra Napoleón. Y es donde comienza la ucronía. Qué hubiera pasado si Napoleón hubiera vencido.

–¿Y qué hubiera pasado, según usted?

–No deja de ser una hipótesis que yo planteo sobre lo que creo que podía haber sucedido. Para mí hubiese tenido bastantes partes positivas como el liberalismo, en contra de lo que tuvimos. Y seguramente las mujeres, aun bajo la tutela de los hombres, hubiesen tenido más oportunidades de estudiar oficios liberales en un tiempo casi precoz. En contra creo que hubiésemos sido un país satélite de Francia y nos hubiesen explotado más aún.

–Para escribir estos relatos necesita un amplio conocimiento histórico, concretamente del siglo XIX.

–Yo he estudiado Historia y me he ido especializando en la primera mitad del siglo XIX. He realizado cursos de historia militar en Madrid y con ello he terminado haciendo una ucronía que me apetecía mucho escribir porque siempre he hecho novela histórica.

–¿Cuando se pone delante del papel en blanco ya tiene una idea preconcebida?

–Yo no tengo papel en blanco. Yo uso una metodología para escribir. Siempre construyo un esquema y con él voy trazando lo que será la vida y obra de los personajes, de sus conflictos, de la historia en general. Lo tengo planificado, hago un pequeño resumen y comienzo a construir.

–En “El Pacto de las Flores” ¿cómo ha sido la construcción de los personajes?

–Como lectora soy más fantasiosa que como escritora. Leo mucha ficción histórica pero también mucha fantasía épica que van casi cogidas de la mano. Está demostrado que esas novelas beben de la historia medieval. El steampunk me gusta, Julio Verne, sus aventuras, la novela decimonónica. Me apetecía escribir algo así y algo mucho más cercano a los lectores más jóvenes. Acercar la historia a los jóvenes. Hacerlo más divertido y que ellos, al leer la novela, quieran saber qué personajes son de verdad y cuáles no y si realmente hicieron lo que yo cuento.

–En esta ocasión los personajes juegan un papel muy diferente al que tuvieron en la historia.

–Jugamos con un siglo XIX alternativo. No cambia todo tan drásticamente, porque sí que participan personajes reales como Lesseps, el ingeniero que construyó el Canal de Suez y de Panamá; aparece un tal Tupoi que es el que trajo la primera máquina de vapor a la comunidad valenciana para la producción textil.

–Es una novela steampunk que se desarrolla en España.

–Es algo que ha llamado la atención puesto que solemos ver este tipo de relatos en un paraje anglosajón. No me atrevo a decir que es la única novela steampunk que se desarrolla en España, pero sí es una de las pocas.

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