Múltiples experiencias sobre el entorno rural y natural, poner en práctica el cuidado medioambiental, conocer un sistema ecológico, son algunos de los objetivos que se marca un año más el proyecto del Aula Verde del colegio San Vicente de Paúl, el huerto escolar, una herramienta con carácter interdisciplinar que permite a alumnos de todas las etapas del centro, desde Infantil a Secundaria participar de un proyecto común.

"Es el cuarto año que apostamos por este proyecto y a la vista de los resultados que vamos obteniendo, consideramos que es un proyecto muy positivo que seguimos mejorando año tras año", explicó Ricardo Delgado, responsable de este proyecto este curso escolar.

Han comenzado ya las labores de cultivo de algunas plantas de invierno como las realizadas la pasada semana por alumnos de Infantil y que continuarán esta semana los de primero de Primaria, con la plantación de guisantes. "Hay cultivos que se mantienen todos los años, tanto por las condiciones climáticas como geográficas", explicó Delgado. Además de los guisantes, no faltarán este curso los ajos, las cebollas o las fresas, entre otros.

"El año pasado tuvimos una buena cosecha de ajos, que además se pudieron donar a finales de curso, y este año hemos querido repetir la experiencia con ellos. También con las fresas". Además, el año pasado como actividad complementaria se llevó a cabo el emparrado metálico de las viñas para que un mejor desarrollo, una cosecha más abundante y una vendimia más cómoda en años próximos por lo que "esperamos recoger los frutos de esa actividad este curso".

A los cultivos habituales, cada año se opta por otros más novedosos, atendiendo a la disponibilidad de los bancales y la climatología. "Este año queríamos probar con los girasoles que es una planta muy vistosa y los alumnos pueden ver todo el proceso de desarrollo de la planta". Y, más adelante, cuando haga mejor tiempo, continuarán los cultivos de otras plantas como verduras de temporada.

Delgado asegura que la actividad resulta "muy interesante" para los alumnos. "Es algo que les encanta, sobre todo, los más pequeños muestran un gran interés porque es algo novedoso para ellos. Es una actividad que están trabajando al aire libre y que les permite ver de primera mano lo que se explica en los libros", añadió. Además, es un proyecto de carácter ecológico que permite desarrollar la sensibilización ante distintas problemáticas de carácter ambiental.

A las actividades que se desarrollan específicamente en los bancales del huerto, se suman otras complementarias que son las que se desarrollan en el laboratorio. En lo meses finales del curso, momento en que se recogen los frutos, se utiliza como una herramienta didáctica en el laboratorio. "Estos frutos se analizan en sesiones de asignaturas como Sciences o Física y Química". De modo que el alumno no solo ha plantado y cultivado estos grupos, sino que además puede visualizarlo con el microscopio para su análisis.

También se lleva a cabo la captura y análisis de pequeños insectos, que permite por ejemplo conocer la importancia de las abejas el peligro de algunas especies invasores. El control de la tierra empleada en estos bancales, es otra de las actividades que se realizan.