"Apuntes sobre el habla de Benavente" es el último libro que ha publicado el Centro de Estudios Benaventanos (CEB) Ledo del Pozo. En él su autor benaventano Ursicino Alonso Mayo (fallecido en 1989) recoge peculiaridades del castellano que se habla no sólo en Benavente, sino también en su comarca.

Las curiosidades van desde las frases hechas hasta el vocabulario, pasando por canciones y refranes. Algunas de ellas se han perdido, aunque no para siempre gracias a los apuntes de Alonso, y no obstante otras siguen estando presente en la comunicación hablada en el día a día de los benaventanos.

Galán y salada

Uno de los vocablos que recoge primero Ursicino Alonso es la forma de saludo y/o de despedida que se ha mantenido hasta nuestros días: Galán (para el género masculino) y Salada (para el femenino), siempre a personas jóvenes.

En esta parte titulada "Dichos, Frases, Refranes" recoge frases referentes a la muerte como "Se lo llevó Pateta" o "Se lo llevó la parpaja" que indican que se murió (la segunda expresión también significa que desapareció). Otra expresión que se sigue utilizando es "A Desmano" que viene a decir fuera de mano.

Antaño, como recoge el libro para expresar dolor o incluso susto se decía "¡Ay, madrica!". El dicho "con airón" significa fuerte viento. La palabra quedaría después como mote.

La comida y la bebida también aparecen en dichos como el "uno con uno", "dos con una" o "media con uno" entre otras variantes. Se trata de la expresión que se decía en tabernas y merenderos para pedir vino y gaseosa en diferentes medidas. La mayor medida siempre correspondía al vino.

...Buena villa y...

También hay espacio para los refranes como "A cántaro roto, no valen aguaderas". La explicación que da Ursicino es que «como las aguaderas que colocaban los aguadores sobre el asno o mulo solían ser de varas de mimbre entrelazadas o de esparto, no podían contener agua; de ahí el dicho, equivalente a: a mal hecho no valen trabajos o remedios inútiles».

«Benaventano: ni leonés ni zamorano», que indica cierta independencia que los benaventanos siempre han sentido. También recoge el muy popular y que ha llegado a distintas zonas de la geografía española «Benavente, buena villa y mala gente». Ursicino comenta en el libro que su abuelo le explicó que la expresión procede de los naturales de pueblos pequeños y cercanos a Benavente, que acudían a la ciudad para asistir a sus ferias y mercados, para comprar y vender. Estas personas se sentirían engañados por los benaventanos. Estos crearon la segunda parte «...el que dice miente, si es buena la villa, mejor es la gente».

Existen en el "refranero benaventano" expresiones que se refieren al tiempo (en sentido meteorológico) como "Viento de los Valles, moja las calles", "Viento del Mosteruelo, moja el suelo", "Aire de La Ventosa, seca la ropa" o "Lluvia de La Ventosa, poco moja".

También los hay para señalar que hay mucha apariencia y poco dinero como "Mucha chambrana y poca parpalla" o "uno mata, otro degüella". En este último caso se empleaba para corregir, de manera irónica, a gente alardosa y ponderativa.

Coplas y cantares

En este apartado del libro el autor recoge alguna de las canciones que se cantaban en la ciudad, algunas eran propiamente de Benavente como "El Himno a la Virgen de la Vega", en la que se mencionan los ríos Órbigo y Esla. en el texto de la canción se la nombra como "dulce faro de la mar, / es el amor de mi alma". El canto concluye así : "Benavente, ven, / benavente, di: / "Seremos, oh gran Patrona, / tuyos hasta morir".

Otro canto que se ha conservado es el que comienza así: «Uvas con queso / saben a besos, / uvas contigo / saben a miel/...». También entre las canciones hay mención a las festividades, como es el caso de los Reyes Magos. Existe una canción que señala que vienen por «la Soledad», que «Melchor a Las Eras, / Gaspar al Ferial / y Baltasar solo / a San Nicolás».

De la A a la Z

Sin duda una de las partes más interesantes de la publicación es el llamado "Vocabulario de Benavente" que incluye un gran número de palabras, ordenadas de manera alfabética. Entre ellas las hay en desuso, pero también muy familiares.

Entre las conocidas esta la de "acerandar" (zarandar), "Acocharse" (tumbarse), "arramplar" (llevarse las cosas indebidamente y con abuso) o balandrín (voluble; poco estable; inseguro). También está "boja" (ampolla) o expresiones como "escornarse" (estrellarse de frente), "espurrirse" (desperezarse), "darse el pote" (presumir) o "purrela" (despreciable).

Algunas que han caído en desuso y que son curiosas son "caballico del diablo" (libélula), "cucar" (hablar disimulando la voz para no ser reconocido), "chingar", "chiscar" o "chivar" (fastidiar), y de ahí "chivón" (fastidioso). También entre las palabras raras se encuentra "grajeño" (referido al tiempo, desapacible) y "gatupas" (intrigante).

Con acento benaventano o el "tonillo-son" del lugar

En los Apuntes Ursicino no sólo escribió peculiaridades de las palabras o frases que se decían y dicen en esta comarca, también recogió curiosidades del lenguaje, como es el Tonillo-Son benaventano, al que califica de «especial». Aclara el significado de la palabra Tonillo, señalando que es «el acento peculiar regional, comarcal o local». Alonso distingue otros acentos o tonillos como «más duro» en algunas zonas de Extremadura o «arrastrado, achulado y barriobajero» de algunos lugares de Madrid. De Benavente afirma que su tonillo es «agradable de escuchar» eso «sin llegar al cantarín gallego, tiene una cierta musicalidad grata de oir». Incluso señala que el habla de Benavente «suena como un castellano suavemente agallegado». Toda esta explicación incluye además una anécdota personal, en la que en el colegio le preguntaron si era gallego por su pronunciación. Este suceso se ha ido repitiendo hasta nuestros días y en muchas ocasiones, cada vez que un benaventano deja su tierra para trabajar o estudiar.