Chocolate del loro

Tarde, pero aquí están. Los Presupuestos de la Junta de Castilla y León para 2024 acaban de asomar sus orejas. Ya saben, estamos en pleno blablabá. ¿Cuándo aprenderán los políticos que sus frases de elogio y crítica ya no se las cree nadie? Unos, que sí; otros, que no, un juego malsano y cansino que solo conduce al descrédito de los jugadores, a la desafección, a la polarización. Los ciudadanos no son tontos, aunque así son tratados por quienes mandan. ¿Cuándo se van a dar cuenta de que la sinceridad es un valor que suma? Cuando ya no estén.

Vamos con los datos sobre inversión real, los que cuentan de verdad, que afectan a la provincia de Zamora. Las inversiones crecen un 6,09% y se pasa de 77,8 millones de euros en 2023 a 82,5 este año. No hay sorpresas. Los dineros se gastarán en la nueva residencia de ancianos de Zamora, Centro Cívico, Conservatorio, Museo de Semana Santa, polígono de Monfarracinos… Bien. Ah, y 50.000 euros en trabajos de reparación de daños en la Sierra de la Culebra; esta cifra es vergonzosa, ofensiva. Sí, ya sé que hay también transferencias de capital para el polígono Puerta del Noroeste de Benavente y para Monte la Reina.

Bien, ahora la gran pregunta: ¿Alguien cree que con estas inversiones se frenará la caída de Zamora? ¡Que hablamos, cojones, de la provincia que porcentualmente ha perdido más población del país en los últimos 30 años, la única que, según las previsiones estadísticas, va a seguir perdiéndola en los próximos diez! No sé si es posible incluir en los presupuestos de la Junta un plan especial para Zamora, pero esta provincia necesita medidas específicas, de choque. Si no se pueden englobar en las cuentas, búsquense fórmulas al margen, que seguro que las hay. O actuaciones generales que, claramente, beneficien a esta provincia. ¿Qué cuáles? Aquí van algunas.

El Gobierno Regional puede crear bancos de tierras y de viviendas (que sí que sobran un montón en los pueblos, hay más vacías que llenas en el ámbito rural) y ofrecerlas a precios bajos. También reivindicar el valor del terreno en la lucha contra el cambio climático. Si Castilla y León es una de las regiones europeas con mayor extensión, la que más árboles tiene de España, que sus gestores reivindiquen compensaciones por descontaminar. Sí, sí, por descontaminar. Y una medida más. Castilla y León en general, y Zamora en particular han producido siempre más energía que la que han consumido (el caso de la hidroeléctrica es sangrante), extremo que se va a agudizar con las renovables; pues, aprovechémoslo de una vez. Que la Junta impulse una sociedad regional para gestionar las renovables que vienen. Que es difícil, sí, pero se puede hacer. Otra cosa es que se quiera, señor Mañueco.

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