Sí, revuelto anda el clima de la Tierra, revuelto y caliente. Lean y juzguen: se está celebrando en Madrid la vigesimoquinta cumbre mundial sobre la cosa (o sea que ya ha habido otras 24 reuniones de altura sin acuerdos fiables y duraderos) porque Chile que tenía que acogerla anda manga por hombro; los países que más CO2 expulsan a la atmósfera, esto es EE UU y China, pasan del encuentro y dicen que bueno, que ellos a lo suyo, a quemar carbón y derivados, que hay que comer todos los días; una de las estrellas del foro, la sueca Greta Thunberg, con 16 años y una veteranía a prueba de aviones en la lucha para reducir emisiones de efecto invernadero, ha atravesado el Atlántico en catamarán y no se sabe si llegará a la capital de España (si es que aparece, claro) en diligencia conducida por el viento o en el tren correo; la gota fría de septiembre reaparece en diciembre y vuelve a sacudir con vesania el levante español; los participantes en el evento se desayunan todos los días con agua del grifo y churros... No me digan que no anda revuelto el clima, por Dios.

Nos engañan tanto que uno duda hasta de sí mismo. Pero como sé contar hasta dos, de algo sí estoy seguro: estamos tirando piedras, bloques enteros de hormigón, sobre el tejado de la Tierra y eso ya nos está pasando factura. Hay que poner freno a la contaminación sin control, reducir al máximo los usos del plástico, que nos estamos quedando sin respiración y sin sentido común (¿cómo puede costar más el continente que el contenido de una bolsa?). Tenemos que implicarnos todos y exigir a los parlamentos que legislen en consecuencia. Hay que parar el descontrol.

Pero por Dios que un comité de sabios reconocidos nos explique los centímetros que ha aumentado el mar a lo largo del siglo XXI porque yo, que empecé a trabajar ya hace más de 35 años lo primero que leí en el teletipo es que entre 2000 y 2100 los océanos iban a crecer cerca de medio metro e iban a desaparecer un porrón de ciudades, ¿cuánto han crecido hasta ahora?

El clima de la Tierra anda revuelto, vaya que sí.