Lina Tur Bonet (Ibiza) abre la edición Quince del Pórtico, aunque es una habitual del ciclo zamorano. Esta vez viene acompañada de su grupo, Música Alchemica, que ha agotado las entradas para la actuación del viernes en San Cipriano (21.00 horas).

- Hace dos años visitó el Pórtico para ofrecer un concierto de violín con el clavecinista Nicolau de Figueiredo, que falleció el año pasado, ¿qué recuerdo permanece de aquella actuación?

-Aquel concierto se quedará ya para siempre en mi memoria, pues lo recuerdo como una maravillosa experiencia musical sobre el escenario, en el que la conexión con Nicolau fue muy estrecha. Creo que somos muchos los que recordaremos a Nicolau en el próximo concierto, y quisiera dedicarlo a su memoria. La admiración y el cariño que tengo por él son enormes, y le echamos mucho en falta.

- En esta ocasión, acude con su grupo Música Alchemica, ¿cómo definiría esta formación?

-Música Alchemica es un ensemble flexible en el que tengo el honor de contar con músicos de primer nivel mundial. Y es también la idea de hacer música compartiendo lo mejor de cada uno y combinando esos valores. Por poner un ejemplo, para mí, contar en el contrabajo con Andy Ackerman, solista durante años de Concentus Musicus de Viena, quien además fue mi profesor y de quien aprendí tantas cosas, es más que un sueño hecho realidad, un verdadero honor.

- Habla de la "alquimia" para expresar el objetivo del grupo, ¿cree realmente que se puede producir "oro" partiendo de otros materiales menos valiosos?

-El tema es que cada uno de los materiales que hay en el grupo son ya tremendamente valiosos. En efecto, se puede producir oro combinando lo mejor de nosotros mismos, partiendo de músicos que son ya mucho más que meros "metales". Creo, además, que el estudio y profundización en la música es una de las mejores cosas a las que uno puede dedicar su vida: nos hace sacar lo mejor de nosotros mismos, trabajar duro, aprender día a día, confrontarnos con nuestras propias limitaciones... Buscar, en resumen, lo mejor que tenemos para ofrecer.

- Viene a Zamora con intérpretes que podrían ofrecer conciertos de primer nivel como solistas, ¿puede hablarnos de ellos?

-De hecho, no sólo podrían, sino que lo hacen y así lo harán en Zamora. Kenneth Weiss es profesor en Ginebra y en París, y lo ha sido en la Juilliard de Nueva York, aparte de asistente de William Christie en Les Arts Florissants y creador de le Jardin de Voix... Pero sobre todo es un músico de primer nivel mundial, cuyas interpretaciones de Bach son ya una referencia. En cuanto a Marco Testori, también profesor del Mozarteum de Salzburgo, fue miembro del legendario Giardino Armonico. Es un músico muy completo que también toca el órgano, compone, hace arreglos y dirige.

- Concierto para tres solistas, ¿qué programa van a interpretar en Zamora?

-Serán dos conciertos de Bach y dos de Vivaldi, aparte de una obertura de este último. Los de Bach son los célebres conciertos en re mayor para clave y concierto en la menor para violín, muy inspirados en Vivaldi, compositor que Bach estudió mucho, a pesar de que no salió nunca de una pequeña región alemana. De Vivaldi, Marco tocará el famoso concierto en si menor, mientras que yo interpretaré uno inédito en re mayor, que aún no ha sido grabado y que apenas hemos interpretado una vez. Es una oportunidad poder escuchar este concierto que leva tantos siglos "dormido".

- Tiempo atrás sacaron adelante el proyecto Sonatas del Rosario. Háblenos de su singularidad.

-La colección de las sonatas del Rosario es una de las obras más emblemáticas y singulares de la historia de la música. Tanto por la belleza y simbología de su música, como por utilizar la técnica de la "scordatura", en la que cada sonata se interpreta con el violín afinado de la manera distinta. La revista Gramophone ha elegido nuestro disco como una de las versiones referenciales, hemos recibido varios premios, y estamos realmente contentos.

- ¿Sigue pensando que es difícil para los jóvenes con talento abrirse camino en el mundo profesional?

-Creo que hoy, indudablemente, lo tienen mejor que hace unos años. Pero sigo pensando que la música y la cultura en general no ocupan el lugar que merecen para los políticos; y que a pesar del esfuerzo de algunos pocos, la mayoría no acaba de tomar las decisiones necesarias para cambiar.

- El Pórtico llega a su edición número quince, ¿cree que la música puede ser un buen embajador en el exterior para una ciudad necesitada de turistas?

-Por supuesto, la música es un lenguaje universal y siempre es buena embajadora; y para los visitantes es con seguridad un aliciente. Zamora es una ciudad hermosísima, y el hecho de escuchar música en vivo en lugares tan especiales como la iglesia de San Cipriano, en un festival tan exclusivo como éste, le da un toque todavía más especial.

- ¿Se habla del Pórtico de Zamora en las conversaciones entre músicos?

-Es un festival que tiene muy buen nombre y mucho carisma entre los músicos, sí. Se tiene por un ciclo exquisito y creo que Alberto Martín realiza una labor magnífica, pues conoce muy bien la música y la realidad de los músicos, ambas cosas muy apreciadas por todos nosotros, y que no abundan tanto.

- ¿Qué proyectos tiene por delante como solista y al frente de su grupo?

-De aquí al verano voy a actuar en varios festivales españoles, en Japón, en China, y en varios ciclos alemanes y en el de Brujas. También compartiré una residencia artística con el compositor José María Sánchez Verdú y una cantante de teatro NOH en Tokio. Con Música Alchemica nos llaman desde muchos lugares para hacer proyectos de formación variada, presentaremos nuestro último disco con Sonatas de Corelli en Londres, y también hay varias grabaciones proyectadas, así como la reedición de uno de los primeros discos.