La familia empezó en 2003 a presentar ante el Ayuntamiento de Zamora denuncias por ruidos contra el pub situado en la Plaza Mayor. Se abrió un expediente administrativo en 2004 e incluso "existe un informe técnico de hace un par de años en el que se apunta que la insonorización es insuficiente, pero se ha paralizado todo". Es más, "desde primeros de 2015 el dueño del pub debería tener el equipo de música precintado, no basta con un limitador de sonido; aportar proyecto de aislamiento acústico del local, aprobarlo el Ayuntamiento y, tras las obras, medir el nivel de ruidos", explica el dueño del piso. Se le dio quince días al titular del establecimiento para que alegara "y no ha dicho nada", agrega el impulsor de la querella contra el Ayuntamiento, quien intentó reactivar ocho meses atrás el expediente con la presentación de otro escrito. Las denuncias han sido constantes y "la policía tiene actas positivas de un nivel de ruido en mi casa de 44 y 49 decibelios en la habitación de la niña mayor, que duerme desde bebé con un aparato para conciliar el sueño". La familia llegó a ahorrar para peritar por su cuenta el nivel de ruidos, desesperada por el silencio administrativo.