El torero zamorano Andrés Vázquez cree que «cuánto más intenten desprestigiar las corridas, más fuerza van a tener». Por otro lado, Vázquez opina que «lo que tendría que hacer ahora el propietario de la plaza de Barcelona es contratar un cartel de figuras para que se llene la plaza y los políticos vean que se han equivocado».

En términos similares opina Luis Miguel Alcón, quién dice que «este debate ya lo hubo hace varios siglos en Madrid. Quizá se pueda extender a alguna región que no tenga tradición como Galicia, pero a nivel estatal es impensable». Gustavo Bragado piensa que «esto no puede prosperar en el resto del país porque en ningún sitio hay un sentimiento tan antiespañol como en Cataluña».

En otro orden, muchos destacan la influencia económica que puede tener esta decisión en personas que viven del toreo. Andrés Vázquez piensa que «ahora a ver que sucede con todos los bares que hay cerca de la plaza de toros de Barcelona y que viven de las tardes de corrida. Esos bares van a morir, igual que muchos catalanes que viven de esto y que ahora se van a quedar sin trabajo». Luis Miguel Alcón cree que, usando términos taurinos, «esto para el mundo del toreo y para los que viven de él es un bajonazo descarado y a traición, una puñalada por la espalda».