La medida tomada por el Parlamento de Cataluña de prohibir las corridas de toros en esa comunidad autónoma a partir del 1 de enero del año 2012 ha desatado multitud de reacciones dentro del mundo del toro, incluidos los zamoranos que viven de este negocio. El malestar es la tónica general de toreros, empresarios o ganaderos, que ven un trasfondo político en los hechos ocurridos. Sin embargo, existe la sensación general de que esta medida no afectará demasiado al mundo del toreo, ya que en Cataluña tan solo se encontraba en activo la Plaza de Barcelona. En el otro bando se sitúan los ecologistas y animalistas, cuyo pensamiento general es que el ser humano no tiene derecho a divertirse mientras se ve cómo un animal sufre.

La decisión tomada por el parlamento catalán de abolir las corridas de toros ha abierto un serio debate entre taurinos y antitaurinos, y Zamora no se queda atrás en la disputa. Diferentes personas ligadas al mundo del toro han expresado su disconformidad con la decisión adoptada, mientras que los grupos ecologistas celebran que no se vuelvan a ver corridas en Barcelona.

El torero villalpandino Andrés Vázquez fue tajante al respecto cuando afirmó que «lo que tienen que hacer los políticos es dejar de lado los temas culturales y centrarse más en lo que afecta a la población, que no se metan con nosotros porque la Fiesta Nacional es cultura le pese a quién le pese». Así mismo, el torero afirmó que esta medida posiblemente vaya en contra de los intereses de los propios políticos «ya que uno no puede meterse en temas culturales y prohibir la libertad de las personas». A la hora de buscar «culpables» por la reforma llevada a cabo en Cataluña, Vázquez apunta que para él «el máximo responsable es Pedro Balañá, el propietario de la plaza de toros de Barcelona». En palabras de la misma persona «si todavía estuviera su padre esto no habría pasado, ni los políticos se atrevían a tocar a Pedro Balañá padre».

Por su parte, Luis Miguel Alcón, presidente del Foro Taurino de Zamora, apunta que «esto da idea de la clase política que tenemos, el toreo no tiene color político y no se le puede involucrar». Afirma que en el Foro todos se encuentran muy decepcionados por la medida adoptada, «no nos merecemos esto, nos parece una actitud mezquina y unas formas incorrectas». Por otra parte, concreta que «hay temas más importantes que este que merecen mayor atención que la que reciben por parte de la clase política». Por otra parte, Luis Miguel Alcón cuenta que para él «lo peor de esta situación es que se está utilizando la Fiesta como arma electoral, porque las elecciones están a la vuelta de la esquina».

Rodolfo Gallego y Gustavo Bragado, ganaderos taurinos que trabajan en la provincia de Zamora, expresan su malestar en términos similares a los anteriores. Como empresarios que viven del mundo del toro, creen que la medida no va a afectar a su negocio, ya que «las corridas en Cataluña estaban limitadas a la Monumental de Barcelona, e incluso allí estaban muy restringidas. Es algo más anecdótico que otra cosa, lo hacen por hacerse oír». Gustavo Bragado puntualiza que «con cosas como esta conseguimos ser el hazmerreír de los demás países, lo que quieren es salir en informativos internacionales».

Víctor Lobo, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Zamora, también opina que es un tema politizado, «los políticos catalanes odian todo lo que suene a español, esto no es un tema ecologista, es un tema separatista. Algunos han votado a favor porque era deficitario como lo puede ser el cine, pero eso no lo quitan porque no es español».

En el otro bando se sitúa Juan Lozano, ex-miembro de Ocellum Durii, la fundación de Ecologistas en Acción de Zamora. En palabras suyas, «el ser humano no tiene derecho a divertirse a costa del sufrimiento de un animal». Además, Lozano cree que este tipo de medidas pueden llegar a aplicarse en la comunidad de Castilla y León en un plazo medio, «aunque no está claro que la sociedad lo asimile». También apunta que «no creo que haya tenido un origen político, porque las firmas las recogió una organización animalista, pero es posible que estuviera politizado». En lo que Juan Lozano coincide con los protaurinos es en que «este no es un tema tan transcendente como para acaparar tanta atención».