De un tiempo a esta parte son cada vez más los zamoranos que optan por recurrir a la acupuntura para tratar las dolencias que los aquejan. De eso puede dar fe el terapeuta Antolín de Castro González, quien hace un año abrió una consulta en el centro «Om-Tao» donde diariamente atiende a pacientes que buscan en esta práctica oriental la cura que tal vez no han podido encontrar en la medicina occidental. «Muchos llegan después de un largo recorrido y de haber probado diferentes alternativas para tratar su enfermedad. Pero también hay otros que recurren a la acupuntura por una recomendación de sus médicos y es que la medicina oriental y la occidental se complementan perfectamente», explica.

La acupuntura es una terapia energética que forma parte de lo que es la medicina tradicional china. Sus principios se basan en regular el flujo energético del organismo a través de los distintos canales que lo recorren ya que cuando dichos flujos están equilibrados el cuerpo se encuentra saludable. Además, no busca únicamente curar los síntomas de una enfermedad sino que intenta llegar hasta el origen del problema y ve al ser humano como un microcosmos dentro del universo. «El apartarse del cosmos, esa desconexión, es lo que lleva al ser humano a enfermarse y con esta terapia lo que buscamos es sintonizar al individuo con su entorno para restablecer el equilibrio perdido y propiciar su sanación».

Según explica Antolín de Castro, de acuerdo a esta técnica milenaria el cuerpo humano está dividido en «reinos mutantes, cada uno de los cuales consta de un órgano, o energía yin, y una entraña o energía yan, y ambos están relacionados con un elemento de la naturaleza». Así, el reino mutante del agua consta del riñón y la vejiga. El de la madera está formado por el hígado y la vesícula biliar. El fuego incluye al corazón y al intestino delgado. El reino mutante de la tierra está conformado por el bazo, el páncreas y el estómago y el del metal se corresponde con el pulmón y el intestino grueso. «Además, existe también un fuego alquímico o ministerial formado por dos canales energéticos que no tienen órganos o estructuras físicas que los soporten por lo que se usan para tratar enfermedades menos físicas y más psíquicas», sostiene De Castro.

Para restaurar la salud del paciente se insertan agujas en ciertos puntos resonadores, que están en el trayecto de los canales energéticos para equilibrar los reinos mutantes regulando así la energía del cuerpo. «El dolor, por ejemplo, aparece cuando hay un bloqueo energético así que si conseguimos desbloquear esa energía el dolor desaparece», sostiene el especialista.

En los libros que hablan sobre la técnica de la acupuntura, muchos de los cuales tienen hasta 5.000 años de antigüedad, está perfectamente descrita la ubicación de cada uno de los puntos resonadores así como el recorrido de los canales energéticos además de las distancias entre cada uno de los resonadores tomando como referencia la anatomía del cuerpo humano. «Este es un conocimiento ancestral que ha demostrado su efectividad a lo largo de los siglos y es por ello también que incluso la Organización Mundial de la Salud ha reconocido a la acupuntura como una técnica válida e incluso la recomienda como complemento eficaz para el tratamiento de diversas enfermedades, especialmente las de carácter crónico ya que este tipo de terapia implica para el paciente el poder reducir la ingesta de fármacos».

Según sus partidarios la acupuntura es apropiada para el tratamiento de dolencias como la hernia discal, las alergias o incluso para dejar de fumar o para adelgazar. Pero, De Castro sostiene que el abanico de enfermedades que se pueden tratar es muy amplio. «Aquí en Zamora tratamos no sólo dolores de espalda, problemas de reumatismo y de artritis sino también otras patologías como afecciones a la piel y úlceras».

El tratamiento con acupuntura se inicia con un extenso interrogatorio para conseguir una historia clínica y un diagnóstico. «Una vez localizado el problema se empieza el tratamiento con tres sesiones seguidas durante tres días, cada una de las cuales dura aproximadamente 16 minutos, y en las cuales se estimulan los mismos puntos resonadores. Luego, se continúa con una sesión semanal que suele ser suficiente. Es muy importante la constancia ya que la acupuntura no busca resultados rápidos sino llegar al origen de la patología lo cual tarda un tiempo», explica Antolín de Castro quien ha estudiado medicina tradicional china en la escuela Neijing de Cuenca.

Sin embargo, Antolín de Castro sostiene que el tratamiento no siempre es el mismo: «Aunque dos personas tengan una úlcera de estómago y exista un tratamiento base para tratar esa dolencia, lo cierto es que cada individuo va a tener un entorno distinto, emociones distintas y todo eso hay que intentar regularlo de una manera específica». La terapia suele incluir además consejos sobre alimentación así como la enseñanza de ejercicios de respiración y relajación que ayudan a una recuperación más rápida.

Cabe destacar también que la medicina tradicional china y, por lo tanto, la acupuntura, es sobre todo una medicina preventiva por lo que los acupuntores recomiendan hacer trabajos energéticos para movilizar la energía, tonificar los órganos, y evitar que la enfermedad se apodere del cuerpo.