Hay en Zamora tres colegios que tienen el mismo lema: "Dios hace sabios y santos". Los tres nos hablan de Dios, son el Amor de Dios. De uno de ellos conozco a los profesores y a las hermanas, es el Sagrado Corazón de Jesús; los otros dos son más familiares, Santísima Trinidad y Nuestra Señora del Rocío. Ahí comenzaron a estudiar mis dos hijas. Yo tenía relación con la directora y los profes por mi pertenencia al Ampa, sobre todo el último año, cuando para mí el colegio era como mi casa, allí he hecho más horas que un sereno, trabajando. Y seguí perteneciendo al Ampa por sor Beatriz, que me lo pidió. Entre los recuerdos también están algunas disputas con don Antonio, consecuencia del comportamiento de mi hija Blanca, cuando comenzó a ser más rebelde, perdió el interés por los estudios y parecía que todo le daba igual. Sor Guadalupe también ha sido mi apoyo, así como el resto de las hermanas. Recuerdo con cierto dolor cuando don Antonio me dijo que "los pequeños copian de los mayores", delante de mi padre, un comentario que no encajé muy bien, pero que ya forma parte del pasado. Mis hijas se quedaron sin padre muy pronto y fue difícil para mí afrontar la vida, sacar adelante a la familia sola. Pero esta circunstancia me ha hecho más fuerte y me ha animado a seguir luchando, siempre gracias al apoyo tanto de Beatriz como de Concha. Vosotras, profes, os habéis volcado con mis hijas, las habéis tenido en estima y os empeñasteis en que fueran algo el día de mañana. Y ahora, pasados los años, ya veis: Blanca está más que arrepentida de no haber sacado la ESO ahí. Mi otra hija, Ana, ha sido más tranquila, ha dado menos problemas. Este homenaje particular, este agradecimiento sincero, no es un "adiós para siempre", quisiera que fuera un "hasta luego". Mi casa está abierta para vosotras. Por mi parte, pasaré a veros a esa que habéis convertido en mi otra casa, para saludaros y continuar con nuestras charlas. Llegado el final de curso y el fin de la etapa escolar de Ana en el colegio Santísima Trinidad de Pinilla solo desearos un buen verano. A la vuelta del curso próximo nos veremos. Os deseo mucha salud a todos y todas, a sor Guadalupe, a los profes de Infantil, de Primaria y Secundaria. Y en nombre de Blanca, de Ana y en el mío propio: besos a todos y muchas gracias colegio por vuestros desvelos y vuestro cariño. ¡Viva el colegio de la Santísima Trinidad!

María Dolores Bragado Calvo