Sin tanta urgencia como la demostrada por el PP para aprobar los presupuestos del Estado antes de que acabase el año y con las elecciones generales por medio, la Junta de Castilla y León ha presentado su proyecto para las cuentas regionales de 2016. Hasta en Bruselas han calificado de electoralistas y poco realistas los presupuestos de Rajoy, como ya se sabe, y que aún no han sido aprobados por Europa, y de electoralistas y poco realistas han sido tachados en Valladolid los planes económicos de Herrera por parte de los numerosos grupos políticos que ahora conforman la oposición que durante tantos años solo ha estado representada por un débil PSOE que por aquí no levanta cabeza. Pero ahora, junto a ellos está Ciudadanos y Podemos y otros que empatan en número con los procuradores del PP.

El presupuesto, casi 10.000 millones, es casi el mismo del ejercicio actual, ni siquiera llega al uno por ciento menos, lo que expresa el mantenimiento de las políticas de austeridad. Austeridad para los demás, se entiende. Pero a cambio, la Junta pone especial énfasis, y así lo ha destacado el presidente, en la atención a las políticas sociales: sanidad, educación, familia e igualdad de oportunidades, que se llevarán buena parte del gasto. En buena hora, pues tanto se necesita tras pasados recortes. Justo es también señalar que en este sentido la Junta ha demostrado sensibilidad casi siempre, aunque la buena voluntad no siempre haya sido acompañada de aciertos. Caso concreto de la sanidad pública, a la baja en los últimos tiempos y que contará el año próximo con importantes partidas destinadas a la mejora de los hospitales y centros de salud. Presupuestos con corazón, ha precisado Herrera. Financiados en gran parte gracias a impuestos, tasas y tributos por más que se prometa la reducción fiscal. Y poco más, a la vez que anunciaba otros planes como una lanzadera económica para empresarios y emprendedores, que suena demasiado a electoralismo rancio, a incumplimiento, o sea, y se mostraba más cercano a la realidad al reconocer las dificultades para crear empleo, pareciendo conformarse en que las cosa sigan como están y no empeoren.

Las críticas más duras han llegado del lado de Ciudadanos, que ha recordado al PP el pacto que tiene firmado con el partido de Rivera para el estricto cumplimiento de las condiciones de regeneración democrática y avisa que no apoyarán los presupuestos a menos que se introduzcan cambios y avances en materias básicas y otras como las referentes a becas e investigación. En igual línea, desde Podemos se acusa a la Junta de presentar cuentas del pasado, involutivas. El grupo principal, el del PSOE, comentó que se trataba de un proyecto tan falso, irreal y mentiroso como los presupuestos del Estado.

En cuanto a Zamora a la que el Gobierno destinaba solo los millones para el AVE que pasará por la capital y la provincia de paso a Galicia trayendo el maná del milagro económico, según los del PP, recibirá de la Junta los mayores importes locales para concluir las obras del Hospital Provincial, para Las Edades, en Toro, y alguna partida diversa más, poca cosa en conjunto. Tampoco cabía esperar mucho, sino más bien lo contrario. Pero no menos que lo presupuestado para este año y así parece ser.