Un año más en Madrid se dan cita lo mejor del turismo (Fitur) y lo mejor de la gastronomía (Madrid Fusión). En Fitur hemos podido ver cómo todo el mundo, a pesar de la crisis, trata de llevarse el gato al agua ofreciendo lo mejor de sus paisajes, hospedajes o gastronomía. Esta cita de Fitur trata de vender la transformación del ocio en negocio y el negocio en desarrollo.

Lo que más debe motivar a los profesionales del turismo es el saber vender España y sus regiones y que en este año 2014 sea un preludio de un buen año turístico y se confirme la dinámica positiva del sector.

Castilla y León tiene como mejor herramienta promocional Las Edades del Hombre, exposiciones maravillosas que a la zona donde toca ayuda mucho a la economía, como el pasado año con «Credo» donde tanto Arévalo como su comarca notaron un buen incremento de ingresos, sobre todo en establecimientos hoteleros y restaurantes.

Esperemos que en este 2014 «Eucharistia», en Aranda de Duero, repita el éxito de ediciones anteriores.

Las Edades han sido el mejor reclamo turístico junto con el Camino de Santiago en nuestra región, de todas formas en Castilla y León tenemos que seguir peleando duro, hay que ser más competitivos con el turismo en sus diferentes facetas, pues es uno de los ingresos más importantes sobre todo en el mundo rural, tan carente de otras expectativas que consoliden la población. Tenemos que poner en valor las fuertes inversiones que se han hecho en el sector, con Cajas y Bancos no podemos contar, ellos ya solucionaron su problema con el dinero de todos.

Desde la Junta y Patronatos de las Diputaciones se debe ayudar de forma más eficaz en la divulgación de nuestras potencialidades turísticas. Este año nuestra región y nuestra provincia en Fitur han sido más de lo mismo, nuestro stand no estaba muy alegre, vendemos las cosas sin emoción, parece que vamos de compromiso, que no nos lo creemos, tenemos que tener más cuidado con el personal que atiende al público, deben ser conocedores de la zona, no sirve una azafata de cuerpo escultural que no sabe dónde esta Sanabria o desconoce que Toro tiene una D.O. de vino y muchas bodegas que practican el enoturismo.

El turismo tiene que vender ilusión, ser distendido, no tocar cosas que puedan generar polémica como en este caso el lobo. Zamora no vive de promociones de lobos para después venderlas como una cosa única. El tema del lobo mejor no tocarlo pues muchos ganaderos están sufriendo sus desmanes, tocar temas para fomentar el turismo que afectan a los animales es mejor dejarlo estar; con las tendencias conservacionistas actuales ya no vende matar un lobo, enmaromar un toro o lancearlo hasta darle muerte. Si vendemos el hábitat de los lobos, las administraciones deben ser responsables y pagar el daño que hagan a los ganaderos de la zona. Nunca debemos utilizar el lobo como especie cinegética, para vendérselo a cuatro señoritos de fuera.

Nuestro reto es fidelizar el mercado y ser cada vez más competitivos, ofreciendo calidad a buen precio. Los espacios los tenemos, «pues a venderlos bien», utilizando su historia y su tradición compaginándolo con las nuevas tecnologías.

En Madrid Fusión se vuelve a confirmar que muchos cocineros son estrellas del rock, magos que salen del humo para explotar su imagen; todo esto lo veo bien siempre que vaya unido a una buena cocina que en España por suerte la tenemos. Se han notado las tendencias urbanas y las rurales, las urbanas basadas unas en la innovación y en la modernidad, pues una ciudad tiene gente para todos los gustos. Se nota en muchos chefs una vocación cosmopolita pero lo ideal es que sus grandes creaciones no busquen más que la felicidad del comensal, que no sea un experimento caro y seguidista pues Ferran Adrià solamente hay uno.

La cocina rural se tiene que basar en el producto, debe ser una cocina limpia, natural y basada en el entorno, lo cual no quiere decir que en cualquier restaurante de pueblo no se puedan encontrar, al lado de una carta sólida, varios platos de nueva creación basándose en las nuevas tendencias culinarias.

Este año la gran sorpresa ha sido la cocina tradicional española del programa «Saborea España». La Gastronomía se debe nutrir de la materia prima, saber utilizar las nuevas tecnologías sin olvidarse de la tradición artesanal.

El cocinero tiene que crear pero en ese ambiente debemos implicar al comensal, tiene que ser nuestro cómplice. Los cocineros, con nuestras manos, tenemos que hacer obras de arte comestibles, la cocina es sencilla, aunque nunca exenta de cierta complejidad.

De todas formas, debemos sentirnos orgullosos del lugar que ocupa en el mundo nuestra cocina; ojalá en otros campos tuviésemos el mismo éxito.

«Ánimo, colegas».