Ch. S.

La Junta de Castilla y León preveía abrir el período oficial de quemas controladas el día 23 de septiembre de 2017, fecha en que se empezaron a tramitar los permisos por la Agencia Comarcal de Medio Ambiente de Aliste, no obstante se mantuvieron suspendidas hasta el 20 de octubre a causa de la sequía y al tener que prorrogarse el período de riesgo alto de incendios forestales. Las personas interesadas en realizar quemas bajo control tendrán de plazo hasta el día 31 de mayo. La escasez de lluvias mantiene una sequía que aventura un año muy negro como así lo delatan la mayoría de los acuíferos y ríos aún secos.

Las solicitudes rondan anualmente el medio millar y van dirigidas muy en particular a la limpieza de huertos. La mayoría de los solicitantes son de personas de la tercera edad y dada la peligrosidad de las quemas controladas, tanto para las personas como para el ecosistema, las autorizaciones llevan implícitas una serie de normas a seguir. La más importante si cabe es que aquella persona que vaya a realizar la quema nunca vaya sola, siempre acompañada al menos de una segunda, y llevar una mochila de agua de 16 litros y un bate fuego para una primera actuación de urgencia si las llamas se van.

Las hogueras y fogatas campestres en la campiña están prohibidas y la normativa de Medio Ambiente es tajante: "como excepción, fuera de la época de peligro alto y medio de incendios y únicamente para personas cuya labor profesional se desarrolle en el monte como pastores y trabajadores forestales, se podrá encender fuego para preparar alimentos y calentarse, debiendo adoptar medidas de seguridad precisas para que el fuego no pueda propagarse".