Villar del Buey ha sido el escenario de un singular récord mundial. Después de quedarse sin gasolina, allí aterrizó el pasado martes una mujer pilotando un paramotor tras recorrer 450 kilómetros; los que separan la ciudad de Sevilla del pueblo sayagués en línea recta. La proeza ha convertido a Karen Skinner en la primera mujer del mundo que consigue tal distancia en un vuelo sin escalas que se prolongó durante exactamente ocho horas y quince minutos.

Karen despegó a las 8.15 horas de Sevilla en un día de escaso viento con 40 litros de combustible y la vista puesta en el objetivo de batir un récord, hasta ese momento en poder de una piloto francesa con una distancia de 270 kilómetros. Tras un «precioso recorrido» que le llevó a cruzar las provincias de Sevilla, Badajoz, Cáceres, Salamanca o Zamora, Karen Skinner tomó tierra en las inmediaciones de Villar del Buey a las cinco y media de la tarde. «El récord consistía en cubrir la máxima distancia en línea recta y yo buscaba unos vientos a favor, de sur a norte», explica. Después de cruzar la provincia de Salamanca, el ultraligero se dirigió hacia Carbellino de Sayago, atravesando la cola del embalse de Almendra, pasó de refilón por el término de Roelos y terminó en un paraje de Villar del Buey, tras comprobar que había agotado la gasolina. «Aterricé sin problemas», comenta la nueva récord del mundo en distancia de paramotor.

«Fue un vuelo tranquilo y el equipo funcionó perfectamente. El mayor problema surgió a la hora del despegue debido al gran peso que cargaba», comenta la protagonista del récord mundial que ha otorgado al pueblo de Villar del Buey este inesperado protagonismo entre los aficionados al parapente. «El motor pesa unos 28 kilos en vacío y con esto hay que levantar la vela y correr hasta que despegas», comenta Karen. Una operación que tiene su complejidad y, de hecho, falló en el primer despegue y no pudo levantar el vuelo hasta el segundo intento.

Tras un minucioso plan de ruta, el día ideal se consideró el pasado 27 de octubre, cuando la piloto emprendió la travesía rumbo al norte en línea recta con el parapente motorizado. La primera hora y media, estuvo volando relativamente a poca altura y con viento de cara, pero cuando consiguió coger más altura logró alcanzar una velocidad de crucero de entre los 60 y 70 kilómetros por hora. A lo largo del recorrido por la Vía de la Plata, Karen llegó a alcanzar una altura de 2.300 metros; «ves la tierra casi como desde un avión».

A lo largo del recorrido, la piloto contó con apoyo terrestre a través de un vehículo que iba haciendo un seguimiento vía satélite. Su marido, Jason, Sebas Fernández, Toni Sánchez y Antonio AMR, proporcionando todos los partes meteorológicos de las zonas que iba pasando y revisando la ruta, comprobaban que todo estaba en orden y permanecían alerta ante cualquier contratiempo. Ayudados por un GPS, el equipo iba marcando los puntos de referencia cada 30 kilómetros «para que ellos supieran en todo momento donde me encontraba». Además, Karen mandaba mensajes a través del móvil, «para su tranquilidad».

La aventura concluía pasadas las cinco de la tarde en Villar del Buey, donde el depósito de gasolina quedó a cero y Karen se vio obligada a tomar tierra. Pero el objetivo estaba cumplido. Había conseguido el récord del mundo en distancia, marca que suma a otros dos que esta osada piloto tiene en su poder, el de altura y velocidad en categoría femenina de estos aparatos ultraligeros.

El equipo celebró la última proeza en Zamora capital done dieron cuenta de una buena comida y quedaron prendados de una ciudad «que siempre he querido visitar». Y -concluye- «¡me encantó!».