La lluvia también repele a los jóvenes del botellón de San Martín

La borrasca Nelson está arruinando la correcta celebración de la Semana Santa de Zamora con la suspensión de numerosas procesiones. Sin embargo, la lluvia también ha logrado un efecto positivo, más allá de los beneficios para el campo y las reservas hídricas: la cancelación del botellón de San Martín. Durante la pasada noche de Jueves Santo, apenas un puñado de grupúsculos se acercó hasta el parque fieles a la polémica tradición popular de quedar, fundamentalmente para beber, de forma previa a la salida de la procesión de las cinco de la mañana.

La estampa que presentaba el parque de San Martín durante la madrugada era insólita en comparación con años recientes: ni un alma se congregaba en el espacio verde. En consecuencia, tampoco se producía la bochornosa imagen de la mañana del Viernes Santo con el parque lleno de botellas, vasos y bolsas de plástico con multitud de trabajadores afanándose en limpiar todos los restos de basura a la mayor brevedad posible. Y todo gracias a la lluvia.

Eso sí, el parque de San Martín y los alrededores estaban preparados para minimizar los daños de la concentración con el vallado de la fuente de los Remedios, la escultura 'Equilibrio horizontal' de Coomonte y el parque del recinto superior del aparcamiento, además de la disposición de una veintena de urinarios.