Dos socios del Fitness 45 se enfrentan a diez años de cárcel, acusados de distraer fondos

Estrecharon lazos gracias a su afición por el fitness, actividad que practicaban en el gimnasio que regentaban otros dos zamoranos en la avenida de Víctor Gallego, en el número 32, en el Centro Fitness Estudio 45, una relación de confianza por la que decidieron aceptar la propuesta de invertir 75.000 euros en un nuevo negocio de esas características en el polígono industrial de La Hiniesta, en Centro de Deportes 45, en junio de 2014.

El proyecto terminó en una denuncia por fraude o estafa societaria tras el concurso de acreedores de la nueva sociedad, desde la que habrían detraídos fondos y simulado pagos de gastos comunes y obras, actuaciones supuestamente ilícitas de los dos acusados de iniciales D.V.T. y A.D.G.B., que habrían defraudado hasta 277.251 euros, según la acusación particular que les imputa tres delitos societarios y otro continuado de apropiación indebida por los que exige condenas de entre diez años y ocho años a cada uno de ellos.

Este proyecto consistía en crear otro espacio deportivo de fitness que absorbería al ubicado en el centro de Zamora. Deportes 45 estaba valorado en casi 200.000 euros, llegaría a admitir uno de los impulsores, D.V.T., procesado junto al administrador del conocido con Fitness 45, A.D.G.B., por un posible delito de estafa societaria a quienes habían sido sus clientes.

Los dos procesados terminarían en el juzgado por los delitos de defraudación después de que los dos socios a los que embarcaron en la nueva anventura denunciaran la pérdida de 39.000 y de 40.000 euros, cantidades que suponían comprar un total del 40% del capital de la nueva sociedad a constituir, la que registraron como Deportes 45, ubicada en una nave del polígono industrial.

Uno de los damnificados entregó parte del dinero en metálico a D.V.T., y depositó hasta 22.000 euros en una cuenta bancaria que estaba a nombre del acusado y que este desviaría para pagar parte del 60% de la sociedad que terminó a nombre él y del otro procesado, según la acusación particular en base a documentos aportados en el Juzgado que investigó la denuncia de los dos supuestos perjudicados.

De ese modo, D.V.T. habría destinado gastado solo 6.000 euros de su bolsillo para realizar obras, una pequeña parte del total de 56.000 euros a los que se había comprometido y que nunca llegó a aportar a la nueva sociedad, según la acusación. Ese abogado sostiene que otros 12.000 euros salieron de los pagos de los denunciantes y otros 38.000 nunca llegaron a entregarse a Deportes 45 aunque están anotados en la contabilidad como "otras aportaciones de los socios".

El otro procesado, A.D.G.B. llegaría a hacer entrega de otros 6.000 euros también con destino a obra, sin que, al parecer, completara su inversión, ya que 12.000 euros los pagaría con dinero procedente de las aportaciones de los dos denunciantes y los 38.000 restantes nunca los habría hecho efectivos, sino que simularía la entrega y, como el otro imputado, los anotaría en el epígrafe de "otras aportaciones de los socios".

Las cantidades deberían haberse ingresado en la cuenta bancaria que se habría abierto para constituir en junio de 2014 la nueva sociedad limitada Centro de Deportes 45, de la que participan D.V.T. como administrador único hasta el cierre del nuevo gimnasio, quien terminaría imputado por presunta estafa societaria junto a A.D.G.B., otro titular de la empresa.

Ambos procesados se harían así con el 60% de las participaciones, de acuerdo con la acusación particular, si bien A.D.G.B. no figuraría en los documentos público por las deudas ya contraídas con Estudio 45. Los otros dos socios eran los titulares del 40% restante, como se ha indicado, según la denuncia investigada por el Juzgado número 4 de la capital.

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