Miguel Villarino | Pintor

Miguel Villarino, pintor: "La pintura es una carrera de fondo donde siempre aprendes"

"La serie que exhibo en Zamora en un homenaje a mi hijo donde regreso a las vanguardias históricas de los 20 y 30"

El pintor Miguel Villarino junto a varias de sus obras

El pintor Miguel Villarino junto a varias de sus obras / J.L. F.

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

El zamorano Miguel Villarino presenta parte de su último trabajo en la galería de arte Espacio 36.

–Regresa expositivamente hablando a la ciudad con una nueva propuesta.

–Tras cinco años vuelvo a la galería de Ángel Almeida. En esta muestra se puede ver la última serie que he pintado, yo soy un autor de series, y con el título de "La noche oscura del pájaro solitario", cuyo título está sacado de dos textos de San Juan de la Cruz, hago un homenaje a mi hijo. Si todas las series tienen algo de intimidad esta lo que es todavía más porque surgió tras una enfermedad de mi hijo. Durante su período de recuperación paseé mucho con él por el Pouble Nou, una zona que está en transformación. En nuestros paseos le iba animando, porque no lo estaba. De hecho "La noche oscura del pájaro solitario" hace referencia al estado humano de desolación, a un momento de soledad y crisis existencial universal que es lo que reflejo en las obras. El pájaro, que está sacado de las cinco vías, se levanta hacia lo más alto.

–Emplea referencias a muchos otros pintores.

–Hago homenaje a la pintura y a artistas anteriores como Mario Sironi, los futuristas italianos o a Torres García. Es una pintura que tiene mucha metapintura.

Piezas exhibidas en la muestra

Piezas exhibidas en la muestra / J.L. F.

–La línea está presente en todas sus obras, pero en esta nueva serie hay mucho negro ¿por qué?

–Porque hace alusión a esa noche y a la oscuridad. Hay un enfrentamiento entre el color, que es la esperanza y es la luz, y esa oscuridad, esa soledad más absoluta. En los cuadros el pájaro va aleteando que es un simbolismo de levarse desde la adversidad. En cuanto a los colores sigo con los que me han acompañado: el rojo, el amarillo y el azul muy puros por mi formación de grabado sobre madera. Además, me gusta mucho que se note la pincelada, que se vean los medios técnicos empleados.

–En la serie se produce una evolución cromática y parte de un formato muy pequeño que poco a poco se va ampliando.

–Empecé con un formato mucho más pequeño del que habitualmente trabajo y con mucha oscuridad. Los primeros son muy íntimos. Según avancé en la serie, fue comenzando a entrar el color y comencé a pintar en formatos más grandes. Pensaba que esta serie iba a tener un recorrido muy corto, que serían unos cuadros para mi hijo, pero pasé de lo particular a lo universal.

Un recorrido por la exposición de Miguel Villarino en Espacio 36

Natalia Sánchez

–La realización de esa serie ¿fue también una liberación para usted?

–Me he dado cuenta de que al principio ese pájaro era mi hijo, pero también era yo porque siempre en mi obra, como en la serie anterior "Casilla de salida" donde se veía a un vagabundo, al final eres tú, pero al mismo tiempo es una invitación al propio espectador.

–Por todo lo que dice sus cuadros están muy estudiados.

–Aparentemente son cuadros sencillos, pero en el fondo soy muy complejos. Yo pienso mucho antes de empezar cada cuadro, la idea tiene que estar muy elaborada antes de empezar, pero yo ejecuto muy rápido. El planteamiento inicial tiene que estar madurado, tiene que tener un armazón muy fuerte teórico para empezar a pintar. No obstante, los cuadros te hablan. Quizás tú tenías una idea y lo que resulta no tiene que ver con lo que pensaste. Esa es la diferencia que hay entre un artesano y un artista. El primero tiene su idea y la plasma, mientras que el artista tiene una idea y la creando a la vez. .

–Y cuando el cuadro lee habla ¿le escucha o hace lo que inicialmente pensaba?

–Al final haces lo que te pide el cuadro. De hecho muchas veces sientes que tienes que meter algo y a la vez eres consciente de que te vas a cargar el cargo, pero lo tienes que hacer. Es una relación intuitiva, es un golpe de fuerza. Yo me he cargado muchos cuadros sabiendo que me los iba a cargar, pero lo tenía que ver. No obstante, cuando tienes ya un rodaje, como es mi caso, tienes un sexto sentido, ya no compones de una determinada forma.

Exposición de Miguel Villarino.

Exposición de Miguel Villarino. / J.L.F.

–Para usted la pintura ¿es intuición?

–Realmente es una mezcla. Es intuición porque te lleva el propio cuadro. En mi caso en el planteamiento de los cuadros hay una influencia del grabado porque lo he trabajado mucho. Hacer un grabado es fácil, lo que resulta difícil es corregirlo. Tienes que estructurar muy bien la cabeza para tener muy claro lo que vas a hacer.

–La creación pictórica para usted ¿está viva?

–Por supuesto. Es un debate que me parece totalmente absurdo. Las discusiones no me interesan, a mí lo que me interesa es pintar.

–Y ¿qué le apetece pintar?

–Ahora mismo estoy con esta serie y estoy ahora planteándome cómo pintar al pájaro más libre, más solo. Voy a continuar con el pájaro, pero mucho más suelto, quizá el animal y solo una línea en un cuadro de grandes dimensiones.

Exposición de Miguel Villarino.

Exposición de Miguel Villarino. / J.L.F.

–¿Qué le está brindando esta serie?

–Es un homenaje a mi hijo que me ha hecho volver a mirar a las vanguardias históricas de los años 20 y 30 del pasado siglo, a mirar de otra manera ya con un aprendizaje. He vuelto a ellas con mucho más conocimiento, he podido hacer un análisis más firme y me ha dado mucha más libertad de creación. Ahora siento que puedo enseñar pintura, antes podía enseñar, pero no estaba convencido. Ahora, con 40 años pintando, siento que podría ser un buen maestro.

–¿Se dedicará a ese ámbito?

–Con anterioridad he impartido talleres de grabado y quizá me gustaría darlos con otros pintores a modo de divertimento. Ahora me encuentro con mucha fuerza y con muchas ganas. La pintura es una carrera de fondo en la que siempre se está aprendiendo.

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