El imputado por apuñalar a un joven en este pueblo de Zamora puede ir nueve años a Topas

La víctima, herida de gravedad, estuvo a punto de perder la vida por el ataque del acusado, que le clavó una navaja grande tras pedirle porros

Jóvenes disfrutan de las fiestas en Moraleja del Vino

Jóvenes disfrutan de las fiestas en Moraleja del Vino / JOSE LUIS FERNANDEZ

El "pinchazo" con una navaja de grandes dimensiones que atravesó el corazón de un joven de 18 años en las fiestas de Moraleja del Vino en 2022 será juzgado en la Audiencia de Zamora como un homicidio en grado de tentativa: la víctima se jugó la vida literalmente por negar unos porros que nunca tuvo al agresor, quien podría tener que cumplir una condena de 9 años, a petición de la Fiscalía Provincial y la acusación particular.

Las lesiones, la principal de una profundidad de casi 4 centímetros, fueron casi mortales para el joven zamorano Víctor Manuel J.V., apuñalado en el tórax en la madrugada del 22 de julio por el imputado de iniciales E.J.G., en prisión provisional desde entonces y para el que se exige una orden de alejamiento de 10 años de la víctima tras salir de presidio, a la que no podrá aproximarse a menos de 500 metros.

El herido de extrema gravedad tuvo que ser intervenido quirúrgicamente "a corazón abierto, a vida o muerte" en el Hospital Universitario de Salamanca al que tuvo que ser trasladado desde el Complejo Asistencial de Zamora. Víctor Manuel tardó 57 días en curarse, tres de ellos con un perjuicio muy grave para su salud, cinco grave y 49 moderado, de acuerdo con la valoración de los médicos forenses que recoge el escrito de la Fiscalía.

Indemnización

El Ministerio Público exige una indemnización de 20.000 euros por las secuelas que padece como consecuencia de las lesiones y de 5.275 euros por las lesiones que le causó el imputado, mientras que la acusación particular eleva esa cantidad a 22.000 euros por las secuelas y 6.500 por las heridas sufridas y se reserva el derecho a emprender la acción civil tras el juicio, si fuera necesario.

Por las lesiones menores, E.J.G. deberá pagar una multa de 540 euros a la Audiencia. El joven tiene cinco cicatrices, una de 23 centímetros en el tórax, otra redondeada de dos centímetros y tres lineales de tres centímetros cerca del ombligo.

Huida

El agresor emprendió la huida tras apuñalar a Víctor Manuel sin dejar de blandir la navaja de tipo estilete en una mano y una señal de tráfico en la otra para evitar que pudiera detenerle la gente concentrada en las fiestas del pueblo a esa hora, a las 4.45 horas, que le pedía que tirara el arma blanca y se detuviese. Lejos de escuchar las advertencias, hirió a un menor de edad al que causó un corte en el hemitórax derecho de la que tardó en reponerse diez días y que le ha dejado una pequeña cicatriz, según recogen los informes médicos aportados.

El Ministerio Público exige a la Audiencia que imponga al acusado el pago al adolescente de una indemnización de 750 euros por las lesiones y de 2.500 por las secuelas que deberá de entregar.

Antes de resultar herido de gravedad, Víctor Manuel tuvo que soportar, según los testigos presenciales, que le imputado le colocara la navaja en el cuello, después de que este abordar al grupo de amigos entre los que se encontraba el joven de 18 para "pedirles unos porros y al decirle que no tenían, extrajo la navaja, tipo estilete de importantes dimensiones", de acuerdo con el suceso descrito tanto por la Fiscalía como por la acusación particular.

La pandilla de Víctor Manuel decidió cambiar de lugar para evitar a E.J.G. y dirigirse a una hamburguesería que estaba cerca y "hasta donde les persiguió". Antes de producirse la brutal agresión, otro amigo del joven se dirige el procesado, que exhibía la navaja en la mano, para preguntarle la causa por la que había amenazado con el arma blanca a Víctor Manuel. En ese momento, "de forma súbita y con ánimo de terminar con la vida" del vecino de Zamora, "le clavó a la altura del pecho" y le causó las lesiones.

El joven experimentó una situación personal traumática por el suceso vivido, ya que llegó a pensar que iba a morir cuando al llegar al Hospital de Salamanca los médicos le llevaron directamente a quirófano, mientras le instaban a llamar a su madre por teléfono. Víctor Manuel vivió una gran angustia durante las seis horas que tardó en ser trasladado a Salamanca, desde las 5.00 horas, una vez apuñalado y con heridas mortales, hasta que le operan en el hospital salmantino pasadas las 11.00 horas del día 22 de julio.

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