Sucesos en Zamora

El ataque de los perros causó la muerte a Arancha por una hemorragia masiva

El informe sobre la causa del fallecimiento explica que sufrió un "shock traumático debido a la pérdida de sangre por múltiples mordeduras"

Agentes de la Guardia Civil inspeccionan el lugar del suceso, ocurrido entre La Hiniesta y Roales.

Agentes de la Guardia Civil inspeccionan el lugar del suceso, ocurrido entre La Hiniesta y Roales. / L.O.Z.

Un shock traumático por pérdida de sangre por las múltiples mordeduras de cánidos sufridas fue la causa de la muerte de la joven de 27 años de Roales del Pan, Arancha Carcero Girón, atacada por una jauría el 23 de octubre a las 18.00 horas, cuando pasaba a unos 50 metros del rebaño del pastor de La Hiniesta, de iniciales, P.G.R., investigado por un homicidio por imprudencia.

La importante y rápida pérdida de sangre y fluidos corporales que sufrió Arancha por las heridas mortales que le causaron los cinco cánidos mitigó el sufrimiento ante la grave agresión, ya que desembocó en lo que los médicos denominan un "shock hipovolémico por una hemorragia masiva de sangre", de acuerdo con los primeros informes de la autopsia realizada por el Instituto de Medicina Legal de Zamora y según ha podido saber LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

Los expertos explican esta reacción física y química como una respuesta ante el dolor extremo en momentos como el que vivió la joven enfermera antes de perder la vida por el ataque de la jauría. El cuerpo "dispara el sistema de defensa ante situaciones de alarma por lesiones graves, lo que desemboca en una concentración de endorfinas con el fin de proteger del dolor" a la persona, explican expertos; y elabora esas hormonas que se unen con los receptores de los opioides del sistema nervioso central de la víctima para dar sensación de bienestar a la persona y evitar el sufrimiento extremo.

El veterinario de la Junta toma muestras a los canes. | Cedida

El veterinario de la Junta toma muestras a los canes. | Cedida / Susana Arizaga

Al mismo tiempo, se producen hormonas como la norepinefrina y dopamina que responden al estrés físico o emocional, amortiguan también el dolor; y la adrenalina que permite enfocar toda la energía y recursos físicos en la huida o la lucha para distraerse del dolor, abundan los expertos.

Este cuadro sintomático es lo que se llama "síndrome de adaptación al politraumatismo y hemorragia masiva", causas fundamentales de la muerte en escasos minutos de la vecina de Roales del Pan, a expensas de que los forenses elaboren un informe más exhaustivo que se adjuntará a las diligencia que dirige la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 4 de Zamora y que llevan a cabo desde la policía judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de la provincia y desde el Seprona, encargado de reunir y supervisar la documentación sobre los tres perros cruce de mastín con raza carea y los dos de esta última especie. Los canes tienen sus cartillas sanitarias en orden y no sufren ningún tipo de enfermedad que pudiera explicar el sorpresivo ataque la joven, según las informaciones que han trascendido por el momento.

El análisis de los restos biológicos localizados en las fauces de los cinco perros que acabaron con la vida de la vecina de Roales, prueba que está realizando el laboratorio del Servicio de Criminalística (Secrim) de la Guardia Civil, es otra de las pruebas importantes para que esta causa avance y se transforme en procedimiento abreviado o en sumario. Una decisión que depende de la gravedad del delito que se impute, finalmente, al pastor, propietario de un rebaño de unas 400 ovejas, así como de los años de prisión que soliciten tanto la Fiscalía como la acusación particular que ejerce la familia de la joven.

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Los cinco canes adultos y las dos cachorros de la perra carea, de esta misma raza, continúan bajo custodia judicial en la residencia canina La Yosa situada en Simancas, donde ingresaron el 26 de octubre a media mañana para mantenerles bajo control veterinario de la Junta de Castilla y León, trasladados por este servicio y agentes del Seprona. El veterinario ha acudido de forma asidua a inspeccionar a los perros, que continúan mostrando una actitud pacífica, aseguraba ayer al ser consultado por este periódico el responsable del centro, José Manuel Sastre.

La Diputación de Zamora fue la encargada de buscar el centro para mantener a los canes aislado y bajo vigilancia facultativa para descartar cualquier tipo de enfermedad, como medida cautelar impuesta por la jueza. La intervención de la institución provincial fue a instancias del alcalde de La Hiniesta, puesto que el municipio carecía de un espacio amplio.

Los dos cachorros pasan ya de los dos meses de vida, han crecido prácticamente en este recinto de Simancas. Ambos estarían en el centro de la posible explicación a la reacción agresiva de los canes, actuando en jauría, llevados posiblemente por la hembra que había parido quince días antes del sucesoen una zona próxima a donde tuvo lugar el ataque mortal. La única justificación posible sería que la perra se habría escapado del corral móvil de ovejas que usaba el acusado en esa zona entre Roales y La Hiniesta, quien habría decidido separar a la hembra de las crías. La perra habría ido a buscarlas para quedarse con ellas junto al camino, en el punto donde habría parido. En ese momento pasaría la joven enfermera y la perra se iría hacia ella e incitaría al resto de los canes a participar en la persecución y ataque en el que pusieron fin a la vecina de Roales.

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