El milagro de caminar

Una veterinaria zamorana logra devolver la movilidad a una gata disparada en la columna que quedó inválida

La veterinaria de Benavente Leticia González con la gata en brazos.

La veterinaria de Benavente Leticia González con la gata en brazos. / Susana Arizaga

El empeño y la constancia de la veterinaria zamorana, Leticia González, por salvar la vida de esta gata ha tenido, sorpendentemente, en un final feliz para una gata a la que dejaron inválida tras dispararle en la columna vertebral y dañarle la médula espinal. Se desconoce quién fue el autor del disparo, "alguien que no quería gatos cerca, algún desalmado", manifiesta Leticia González.

La felina integrante de una colonia callejera del municipio vallisoletano de Castronuño busca ahora una familia de adopción tras recuperar la movilidad tras pasar por una terapia de rehabilitación que se prolongó durante dos meses, que implicó un "esfuerzo diario e intensivo, posible porque la gata es muy dócil y dejaba nos dejaba manipularla, algo poco común en los gatos", especialmente si incluye la inmersión en el agua, como es el caso.

«Princesita», ahora en adopción, durante la recuperación.

«Princesita», ahora en adopción, durante la recuperación. / Cedida

La gata, de nombre "Princesita", realizó ejercicios en los que se le ayudaba a caminar dentro de un recipiente con agua en la clínica de Benavente en la que permaneció hasta poder caminar sin dificultad, un tratamiento que permitió sobrevivir al animal e impedir que se le aplicara la eutanasia al no haber surtido efecto la intervención quirúrgica que le habían practicado otros veterinarios. La persona que la encontró herida, María José Castro, quien cuida a dar de comer a la colonia en la que estaba el animal estaba integrado, decidió consultar una segunda opinión tras el mes transcurrido desde la operación sin que la felina recuperara la función de sus dos patas traseras.

En principio, "el diagnóstico no fue bueno y no estábamos seguros de que el trabajo nos permitiera llegar a buen puerto, pero la gata, "Princesita, es muy dócil y se dejó hacer todas las terapias, como la marcha espinal", que se aplica normalmente a perros. El animal utiliza la fuerza de su columna vertebral y los músculos de la espalda para mover sus extremidades posteriores. "En dos meses, la gata tiene una vida autónoma, pero no puede estar en la calle porque no tendría todas las habilidades que requiere para sobrevivir en la calle, si se le encuentra una casa donde se le trate bien se le regalará a esa persona", explica la veterinaria. En su Instagram ha colgado la historia de esta gata que se ha adaptado a estar en una casa, donde se puede observar a la mascota moverse sin dificultades e, incluso, correr.

El resultado de este caso es un motivo de esperanza para los dueños de animales que se quedan sin movilidad en las patas traseras, subraya Leticia González. Se trata de un caso de maltrato animal grave, un problema "muy candente", pero con final feliz.

Suscríbete para seguir leyendo