Un salvaescaleras hacia ninguna parte en la piscina de Zamora

África, la niña zamorana con síndrome de Rett, no puede ver a su hermano en Los Almendros por culpa de un elevador inservible

África en las escaleras que acceden a la planta superior de las instalaciones de Los Almendros

África en las escaleras que acceden a la planta superior de las instalaciones de Los Almendros / Cedida

La pequeña África, de tan solo ocho años, ha vuelto a toparse con una dificultad más en su día a día. En este caso, el problema se lo ha encontrado en las instalaciones de la piscina municipal de Los Almendros de Zamora al querer presenciar las clases de natación de su hermano pequeño. Algo que no puede puesto que el salvaescaleras no está en funcionamiento y tampoco hay un ascensor por el que acceder a la planta superior.

Afectada por el síndrome de Rett, la zamorana ya sabe lo que es la lucha a tan corta edad. Su enfermedad se caracteriza por un trastorno genético neurológico y de desarrollo que afecta la forma en que el cerebro se desarrolla y que provoca la pérdida progresiva de las capacidades motoras y del habla.

"Llevo a mi hija a la piscina desde que tiene dieciocho meses y es cierto que nunca hemos tenido ningún problema. La sorpresa ha sido ahora cuando su hermano pequeño ha comenzado las clases de natación y nos hemos dado cuenta de que no puedo subir con la silla a la planta superior desde donde se puede ver la piscina", explica María, la madre de África.

Los ventanales para ver las clases se localizan en la cafetería de la instalación. La única forma de acceder es mediante escaleras ya que no hay un ascensor. Lo extraño es que si hay una plataforma salvaescaleras que no se usa pero que han reclamado, no solo María, sino también otras madres y padres que acuden con sus hijos pequeños en carritos o sillas a la piscina.

Queja al Ayuntamiento

La respuesta de los empleados de la instalación es que "está estropeado" o "que no se puede usar". Una contestación que no convenció a la madre de África que dirigió su queja directamente al Ayuntamiento de Zamora para solicitar su arreglo y que su hija con discapacidad pueda ver a su hermano pequeño en natación.

La réplica fue la siguiente: "Lamentablemente no es posible arreglar el soporte que usted indica por varias cuestiones, pero la principal, porque hay varios motivos que indican que este tipo de mecanismos no pueden operar en una instalación como la piscina climatizada". Una respuesta que confirma el concejal de Deportes, Manuel A. Alonso. "No se puede usar este tipo de instalación ya que hay informes técnicos que desaconsejan su uso en ambientes húmedos. No obstante, el uso principal de la piscina, que es la natación, está totalmente adaptado y cuando hay competiciones oficiales se habilita espacio a pie de pista si es solicitado con antelación, para que personas con movilidad reducida puedan ver la competición", señala.

La pregunta es por qué se instaló en su momento. "Llevo desde hace ocho años en la Concejalía y ya estaba instalada entonces. No entendemos por qué se hizo", añade. Alonso reconoce que es un problema y que desde el consistorio se ha comenzado a trabajar en un estudio de un proyecto para una remodelación integral de la instalación. Una reforma en la que ya se incluiría un ascensor pero que es a largo plazo. "Es un proyecto de envergadura que requiere buscar financiación para su ejecución", declara.

Síndrome de Rett

Ante esta respuesta, la única alternativa que le queda a la madre de África es cogerla en brazos y subirla escalera a escalera. "Mi hija tenía la ilusión de ver a su hermano y yo quería que lo hiciera, pero son veinte kilos de peso...". Y es que no hay nada como la fuerza de una madre que aprovecha la ocasión para concienciar a la sociedad sobre el síndrome de Rett, una patología de las consideradas "raras" y que afecta sobre todo a las niñas. Un trastorno neurológico que no se detecta hasta los seis o nueve meses cuando los bebés empiezan a sufrir un periodo de regresión que afecta a la misma vez a las funciones motrices y cognitivas. "Imagina todos estos síntomas: autismo, parálisis cerebral, epilepsia, Parkinson, desorden de ansiedad... en una sola niña o niño, eso es el síndrome de Rett".

Una enfermedad que requiere de más inversión en investigación para mejorar la calidad de vida de los afectados por la misma.

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