Arancha: "Afable, dulce, aficionada al deporte y muy participativa en la vida de Roales"

Los vecinos de Roales, conmocionados por la pérdida de una joven afable, dulce, aficionada al deporte y muy participativa en la vida del pueblo

Plaza Mayor de la localidad en la que residía la joven que fue atacada por cinco perros de pastoreo . | M. J. C.

Plaza Mayor de la localidad en la que residía la joven que fue atacada por cinco perros de pastoreo . | M. J. C. / M. J. Cachazo

La trágica muerte el pasado lunes de la joven, Arancha Corcero Girón, ha conmocionado a Roales del Pan, localidad en la que residía con sus padres y en la que era muy querida por su carácter afable, su simpatía y porque participaba activamente en los eventos organizados en el pueblo. La masiva presencia de medios de comunicación y patrullas de la Guardia Civil alteraron este martes la tranquilidad de un municipio, de apenas mil habitantes, en el que sus moradores, no han asimilado todavía que no volverán a ver a la joven por las calles en las que paseaba con su perro o por caminos rurales que conectan Roales con La Hiniesta, en los que intercambiaba afectuosos saludos con amigos y conocidos.

Tras una larga noche de insomnio, los vecinos de Roales seguían este martes preguntándose la razón por la que cinco perros, propiedad de un pastor de La Hiniesta, atacaron a la joven de 27 años, aunque varios confirmaron a este diario que "no era la primera vez" que se encaraban con otros paseantes que, en algún caso, lograron evitar ser agredidos después de arrojarles piedras.

Las banderas ondean a media asta con un crespón negro en la fachada del Ayuntamiento de Roales. | M. J. C.

Las banderas ondean a media asta con un crespón negro en la fachada del Ayuntamiento de Roales. | M. J. C. / M. J. Cachazo

Incluso, algunos residentes reconocieron que han dejado de pasear por el camino de concentración en el que Arancha perdió la vida, ante el temor de ser atacados por perros de pastoreo. Sin embargo, "no había ninguna queja formal porque nunca había pasado nada", reconoció Teresa Enríquez, vecina de Roales que no podía esconder su tristeza por la irreparable pérdida de la joven, a quien definió como "majísima, dulce y encantadora". Para Enríquez, la adopción de medidas que ahora se reclaman "llega tarde" porque, ya no coincidirán más con la joven en sus paseos rutinarios, casi siempre acompañada por su perro. De Arancha también recordó que era muy conocida en el pueblo por ser la nieta de Cipri "El Herrero", quien durante "muchos años" regentó un taller que, en la actualidad, gestiona un tío.

Otros moradores de Roales incidieron en la afición de Arancha por el deporte, motivo por el que salía a caminar "todos o casi todos los días". Lo que no se explican los vecinos es el "injusto final" para una joven que, en el momento de ser atacada por los perros, no pudo ser auxiliada. Habitantes de Roales, detallaron que en las inmediaciones del lugar en el que se produjo el ataque de los cinco canes, operarios de una empresa trabajan en la instalación de placas fotovoltaicas, pero "a lo mejor esa tarde ya no estaban o se habían ido para otro lado" y no pudieron ayudarla.

En "corrillos" formados en las puertas de algunas viviendas, otros vecinos se lamentaban por el trágico desenlace para una joven alegre que "tenía toda la vida por delante" y a la que apreciaban porque, al igual que su familia, estaba plenamente integrada en la vida del pueblo.

A la pérdida de Arancha se suma el inmenso dolor de una familia "que está destrozada" y, de forma especial, sus padres, que el pasado lunes, recibieron la asistencia de un equipo de psicológicos de la Junta. De hecho, la joven mantenía una conversación telefónica con su madre en los momentos previos al suceso, a la que logró transmitir su temor e inquietud por la cercanía de los perros de pastoreo, antes de que la conexión se cortara. De inmediato, la madre se trasladó hasta el lugar de los hechos, pero ya no pudo hacer nada por auxiliar a su única hija. En la vivienda en la que la joven residía con sus progenitores se han personado en los últimos dos días familiares, amigos, vecinos o compañeros de la madre, que trabaja en una fábrica de precocinados ubicada en Roales.

De quien no se olvidarán es de Arancha, una joven risueña de 27 años, amante del deporte y enfermera de profesión, que se había propuesto dedicar su vida a cuidar de los demás y a la que una jauría de perros truncó sus sueños.

Vigilancia

Desde que tuviera lugar el trágico suceso, la Guardia Civil ha intensificado su presencia en el pueblo y, de forma especial, en la calle en la que se ubica la casa familiar de la joven, para prestar apoyo a sus padres, que "están hundidos", y para que, en todo momento, sea respetada la intimidad que han solicitado. A ese profundo dolor de padres, familiares y amigos se han sumado el de los vecinos de Roales, que tardarán mucho tiempo en olvidar un suceso que ya forma parte de la historia del pequeño pueblo. De quien no se olvidarán es de Arancha, una joven risueña de 27 años, amante del deporte y enfermera de profesión, que se había propuesto dedicar su vida a cuidar de los demás y a la que una jauría de perros truncó sus sueños.

Banderas a media asta y un crespón negro en señal de luto por la muerte de Arancha

El Ayuntamiento de Roales decretó el pasado lunes tres días de luto oficial por el fallecimiento de la joven de 27 años tras ser atacada por una jauría de perros de pastoreo. Además, las banderas de su fachada ondean a media asta y lucen un crespón de color negro, en señal de duelo por la pérdida de su vecina. El alcalde, David García, solicitó ayer que se respete el derecho a la intimidad de la familia a la hora de despedir a Arancha. Del mismo modo, reconoció que sucesos como el que ha conmocionado a Roales, "es lo peor que le puede pasar a un pueblo, en el que nos conocemos todos". Aunque se había valorado la posibilidad de convocar una concentración silenciosa en recuerdo de la joven enfermera, el alcalde matizó que, por el momento, no se han concretado más detalles. De otro lado, aseguró que a la profunda tristeza que se respira en el pueblo, hay que sumar el "miedo" que sienten los vecinos por lo ocurrido a pocos kilómetros del casco urbano y en un camino que frecuentan para pasear.

El funeral por Arancha se celebrará el miércoles, 25 de octubre, en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Roales, en la que sus familiares, allegados, amigos y vecinos podrán darle el último adiós.

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