Entre los nuevos cerebros zamoranos de laboratorio

El zamorano Álvaro Gacho recibe el Premio Jóvenes Investigadores Fundación BBVA-SEBBM en la categoría de química biológica

El investigador zamorano Álvaro Gacho, en el laboratorio.

El investigador zamorano Álvaro Gacho, en el laboratorio. / Cedida

Beatriz Blanco García

Beatriz Blanco García

Los Premios Jóvenes Investigadores Fundación BBVA-SEBBM ha tenido un indiscutible protagonista zamorano en la categoría de Química Biológica. Se trata de Álvaro Gacho, graduado en Ciencias Químicas por la Universidad de Salamanca y actual investigador en la Universidad de Siena. Estos galardones se han puesto en marcha coincidiendo con el sesenta aniversario de la fundación de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM) y han destacado las mejores comunicaciones científicas.

La de Gacho se ha desarrollado durante su estancia en Italia, mientras realiza su postdoctorado. "Las bases solicitaban entregar tanto tu currículo como un resumen de cuatro páginas de tu trabajo", explica el zamorano. Poco espacio para un trabajo intenso que se comenzó a gestar en el equipo de investigación que dirige José Juan García Marín en la Universidad de Salamanca.

Carrera y máster

"Cuando finalicé la carrera, estudié el Máster de Diseño y Evaluación de Medicamentos de la USAL, tras el que obtuve el premio extraordinario por expediente", recuerda Gacho. García Marín le invitó a ser parte de su equipo, el grupo de Hepatología Experimental y Vectorización de Fármacos, centrado en la investigación del cáncer hepático. "Me propuso la posibilidad de realizar la tesis en su grupo, porque la mayoría era biólogos y biotecnólogos, pero necesitaban un químico para darle un empujón al proyecto que querían desarrollar", explica.

Ese proyecto se centra en el diseño de nuevos fármacos antitumorales y para el diagnóstico. "Me hizo mucha ilusión que quisieran contar conmigo, porque es un grupo de investigación muy potente en su campo a nivel nacional y, además, reconocido a nivel internacional", reconoce el zamorano.

Álvaro Gacho, en el centro, con su equipo de investigación de la Universidad de Salamanca

Álvaro Gacho, en el centro, con su equipo de investigación de la Universidad de Salamanca / Cedida

La tesis de Gacho se basaba en dos vertientes. La primera se centra en el diseño de esos nuevos fármacos antitumorales, "ya que una de las especialidades de este grupo es el diseño de terapias para cánceres quimioresistentes, como el hepático", detalla. La otra vía que trabajaba iba en la línea de desarrollar unas sondas fluorescentes para diagnosticar problemas hepáticos mediante el análisis de fluorescencia. "De esta manera, al paciente se le libra de cualquier intervención invasiva, como pueda ser un biopsia", argumenta.

El camino después de la tesis

Con la tesis finalizada y patentes en los dos ámbitos —además del gusanillo de continuar en la investigación—, Gacho y su equipo lograron acceder a los contratos postdoctorales de la modalidad "Margarita Salas", que cuentan con fondos europeos. "La mitad del periodo de la beca se desarrolla en un centro extranjero, en mi caso en la Universidad de Siena, para luego aplicar todo lo aprendido en tu universidad de origen", indica.

Es en Italia donde ha entrado en contacto con una nueva rama de investigación. "Aquí están centrados en la dinámica molecular, es decir, el utilizar programas informáticos muy potentes, combinados con ordenadores también de alta capacidad, para desarollar modelos que emulen lo que ocurre en la vida real. Por ejemplo, para sacar un fármaco al mercado se necesita mucho tiempo para realizar ensayos y, gracias a estos programas, además de reducirse ese tiempo, se pueden seleccionar las posibilidades que realmente van a ser útiles. Así que se ahorra tanto en tiempo como en dinero", resume el investigador zamorano.

Aprendizaje en Italia

Bajo la tutela de Mattia Mori, el director del grupo en la Universidad de Siena, Gacho está aprendiendo sobre los compuestos antibióticos que pueden atacar enfermedades bacterianas con gran emergencia sanitaria. El proyecto en el que están trabajando en la actualidad se realiza gracias a la colaboración con una empresa farmacéutica de Roma y tres grupos de investigación. "Lo que hacemos en la construcción informática de las membranas de la Staphylococcus Aureus, una bacteria gram positiva responsable de muchas de las infecciones que se dan en los hospitales, provocando un número importante de muertes al año. "Es probable que se produzca esta infección cuando al paciente se le pone una sonda o un catéter. Son bacterias que están en el ambiente o en la piel de forma inocua, pero cuando el sistema inmune es muy bajo, se vuelven infectivas", expone.

Álvaro Gacho, con sus compañaeros de la Universidad de Siena

Álvaro Gacho, con sus compañaeros de la Universidad de Siena / Cedida

Con la creación de esa membrana de la bacteria a nivel informático, a lo que se ha dedicado el investigador zamorano en este último año, su grupo dio un gran paso. "Conseguimos obtener un sistema de cribado de fármacos potenciales para el tratamiento de estas bacterias resistentes y conseguir un modelo viable que le está sirviendo a la empresa ese cribado de fármacos que, a partir de ahora, lo usar para obtener de forma sostenible y más rápidamente fármacos eficaces para estas infecciones", detalla Gacho sobre el trabajo que le ha dado este premio de la Fundación BBVA-SEBBM.

Reconocimiento por sorpresa

Un reconocimiento que asegura que le vino de sorpresa, tras haber asistido al congreso y presentado esta investigación, elegida como la mejor en la categoría de Química Biológica por la directiva de este programa. "Es un reconocimiento de la comunidad científica nacional, pero también tiene un carácter internacional, porque el haber ganado este premio le servirá al equipo de investigación de Siena para justificar el dinero que se ha invertido en el proyecto, puesto que los resultados han sido galardonados por la comunidad científica de España", detalla Álvaro Gacho.

El investigador zamorano Álvaro Gacho, en el laboratorio

El investigador zamorano Álvaro Gacho, en el laboratorio / Cedida

Con 32 años recién cumplidos y una larga carrera profesional por delante, el investigador está a punto de regresar con su equipo de trabajo de Salamanca, para desarrollar el segundo año del contrato postdoctoral. "Dedicarse a la investigación es complicado, sobre todo en España, donde no es una labor muy reconocida", apunta, comparando su estancia en el país con los doce últimos meses que ha pasado en Italia, un país donde, asegura, "no faltan ni los contratos ni las subvenciones".

De hecho, confiesa que el propio director del grupo, Mattia Mori, le ha ofrecido quedarse en su equipo de la Universidad de Siena, gesto por el que se siente muy halagado. "Se nota que se te valora", agradece. Pero, de momento, su sitio seguirá en la Universidad de Salamanca, donde volverá en noviembre para continuar con el equipo español.

Suscríbete para seguir leyendo