Entrevista | Jorge Dioni López Periodista autor de ensayos de urbanismo

Jorge Dioni López | Periodista autor de ensayos de urbanismo: "El mayor revulsivo del casco antiguo sería que fuera gente a vivir a él"

"Confiar en el turismo mucho es algo suicida porque el viajero igual que viene, deja de hacerlo"

El escritor y periodista zamorano Jorge Dioni López. | Cedida

El escritor y periodista zamorano Jorge Dioni López. | Cedida / Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

El periodista benaventano Jorge Dioni López ha escrito varios ensayos sobre arquitectura y las urbes. "El malestar de las ciudades" es su último volumen tras el éxito del libro "La España de las piscinas".

–Todo tiene un principio y el de su nuevo ensayo correspondió a…

–Surge de los viajes que hago presentado mi anterior libro. Me doy cuenta de que muchas ciudades que comparten los mismos problemas, como que los centros se vacían. Es una situación que sucede en Madrid, en Barcelona, en Valencia o en Burgos. También hay periferias que se van construyendo y a donde se desplaza a vivir la gente, que es lo que me interesó en el anterior libro. El vaciamiento del centro provocaba distintos efectos. En algunas causaba que esas urbes se quedaran sin población o que en otros lugares daba la sensación de que la ciudad se quedaba sin energía. De eso me percaté, sobre todo, en Salamanca donde estudié.

–¿Qué percibió?

–Conocí el antes y el ahora. Ver las dos calles comerciales emblemáticas y ver el edificio de la caja de ahorros con el cartel de se vende, me impactó porque cuando era pequeño uno iba a Zamora por temas burocráticos importantes, a León cuando había problemas de salud serios y a Salamanca cuando querías comprarte algo chulo para vestir. Vi que las calles comerciales habían perdido energía y la gente lo comentaba. Yo conecté el ceder ese espacio al turismo con esa pérdida de energía.

–¿Cómo lo detectó?

–Me gusta mucho pasear por las ciudades y observarlas. Yo tenía un amigo, que ha fallecido recientemente, que era economista y decía que le interesaba todo. Me decía que había que ver todo, desde observar los negocios instalados hasta los carteles de los negocios que hay en los portales o la gente que camina por la calle. Siempre decía que la venta de muchos colchones indica que la gente está cambiándose de casa o que haya muchas pizzerías y hamburgueserías refleja que la gente quiere salir, pero no tiene dinero para sentarse a comer dos platos.

–Y ¿qué lectura hace de que haya una proliferación de carteles con "se vende", "se alquila" en negocios cerrados como sucede, casi como una plaga, en Zamora?

–Existe el fenómeno de que los propietarios de locales tienen una idea en su cabeza de un precio y de ahí, no se bajan. Se alquila, pero a un precio determinado que puede ser elevado. Ahora mismo hay una nueva burbuja inmobiliaria que no afecta a todos por igual ya.

Explíquese.

–La que hubo hace veinte años nos afectó a todos. Era una fiesta donde todos podíamos participar. Daba igual que vivieras en Zamora que en Zaragoza o bien en un pueblo de la provincia de Ciudad Real. También había parques temáticos, había un Calatrava… se construía muchísimo porque estaban las cajas de ahorros. Sin embargo, ahora como está dirigida por los fondos de inversión está más localizada en grandes ciudades, principalmente en Madrid, en Barcelona, en Sevilla y en la costa. Fuera de ahí tienes la sensación de que puedes participar, pero es probable que te quedes con el cartel en la mano.

Es importantísimo que hay gente paseando y viviendo por el centro de las ciudades

–El turismo ayuda a revitalizar las ciudades, pero se está produciendo el auge de los pisos turísticos que está variando el mercado del alquiler.

–Sin duda trae dinero, pero es un sacrificio. Pones un poco la ciudad a la venta, si los habitantes no la pueden comprar los haces salir fuera. Cuando más pequeña es la ciudad, más importante es su centro. Es importantísimo que hay gente paseando y viviendo por el centro de las ciudades porque los turistas necesitan otro tipo de servicios. La última Semana Santa un paso en Madrid lo ha tenido que sacar Protección Civil porque no había gente residiendo en la zona y no hay hermanos en la cofradía. En Barcelona se produce el debate sobre el uso del catalán porque más de la mitad de la gente que reside en ella nació fuera. Yo he vivido allí y como no puedes alquilar en Barcelona los pisos se convierten en turísticos y solo residen en la ciudad quienes les dan servicios a los visitantes por lo que no se puede mantener esa cultura.

–En Zamora la zona antigua tiene un serio problema de carencia de servicios y una escasa población muy envejecida. El colectivo Amigos de Baltasar Lobo y varios colegios profesionales reclaman la instalación del Museo de Baltasar Lobo en el Castillo y una revitalización del casco antiguo. ¿Podría ser la cultura un revulsivo?

–Podría, pero el mayor revulsivo es la gente. Hay que intentar que vaya a vivir más población a la zona, lo que requiere una cierta intervención en el mercado de la vivienda, lo que es siempre una cuestión tabú. La apuesta por la cultura puede salir bien como el Guggenheim en Bilbao o la apuesta por los museos que llevo a cabo Málaga hace veinte años, un proyecto que implicó a Málaga y a malagueños.

El autor zamorano Jorge Dioni López

El autor zamorano Jorge Dioni López / Cedida

–De sus palabras se desprende que deben implicarse tanto las instituciones públicas como la sociedad civil.

–¡Por supuesto! Yo creo que un museo lo único que va a lograr es promocionar el turismo. Si tú quieres que una ciudad tenga un renacimiento cultural tienes que concentrar a mucha gente joven viviendo en la misma zona. Gente que no tenga que pasar agobios lo que genera las grandes explosiones culturales, como sucedió con la Movida madrileña, el Liverpool de The Beatles. Antes o después Europa tendrá que plantearse en el mercado de la vivienda. En otros países hay una base de vivienda social más fuerte. En España tenemos dos patas fuertes en el modelo económico, la construcción y el turismo.

–¿Habría que modificarlas?

–Esas dos patas son como el pacto con el diablo. El turismo es una actividad que está bien, pero confiar excesivamente en él como base económica es algo suicida porque lo mismo la gente viene deja de venir. Es una estructura económica muy precaria en la que el reparto del dinero que produce el turismo resulta muy desigual. Es de las industrias que tiene un reparto más desigual porque casi todo el dinero se queda en la parte de arriba, mientras que en la parte del trabajo se queda muy poco. Tiene una estructura muy precaria que ante hechos como la pandemia hace tres años o los cambios climáticos, que dicen que se va a producir, deja a mucha gente colgada.

Sigue existiendo la voluntad de compra porque es lo que hemos visto toda la vida, que nuestros padres nos dejen un piso.

–La construcción vive ahora un nuevo "boom".

–Se debe a nuestro modelo de transmisión de riqueza entre generaciones y una forma de ahorro. Sigue existiendo la voluntad de compra porque es lo que hemos visto toda la vida, que nuestros padres nos dejen un piso. La gente cuando tiene dinero sigue comprándose un piso. En Barcelona tras los Juegos Olímpicos se produjo una crisis, la industria tradicional catalana quebró y lo que se rescató, se invirtió en inmobiliaria. Los deportistas de élite invierten en ladrillo. Somos un país de propietarios.

La desaparición de las cajas de ahorros provoca que haya una generación que no tiene posibilidad de acceder a un crédito fácil

–Pero hay una generación que no puede acceder propietaria.

–El modelo está cambiando por ello a marchas forzadas. La desaparición de las cajas de ahorros provoca que haya una generación que no tiene posibilidad de acceder a un crédito fácil. La subida del precio y la bajada del trabajo hace que no tenga acceso a la propiedad, lo que está generando ya una tremenda desigualdad entre quienes pueden tener y los que no. Cuando uno es no propietario la vivienda se le lleva una partida muy elevada de los ingresos y más en las grandes ciudades. De fondo hay un enfrentamiento entre quienes tienen sus ahorros en vivienda y quienes no tienen acceso a hacer a ella. Además, quienes tienen sus ahorros en casan ven que es el momento de sacarle rentabilidad a lo que tiene en ciertos lugares, como la costa.

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