Un siglo del Duero al Tormes para el Zamora - Salamanca

La antigua "Matías del Río" cumple cien años de trayectoria vinculada a la conexión entre las dos ciudades

Foto de familia de los responsables de la empresa y de las autoridades locales. |

Foto de familia de los responsables de la empresa y de las autoridades locales. | / Emilio Fraile

M. H.

Han pasado cien años, miles de trabajadores y decenas de miles de estudiantes desde que la familia Del Río puso en marcha su empresa de autobuses, conocida sobre todo por el servicio que presta desde hace décadas para conectar Zamora y Salamanca. El negocio familiar, sostenido ya por cuatro generaciones, nació en 1923 en Rabanales, por lo que este año cumple su primer siglo aún tocado por el impacto de la pandemia, pero con la vocación de mantener "el latido entre el Duero y el Tormes".

El responsable actual de la empresa, Adolfo Martínez del Río, acudió este lunes a Zamora para compartir un acto vinculado al centenario con las autoridades locales y para exhibir algunas de las tarjetas, máquinas de cobro y enseres que la empresa ha venido utilizando a lo largo de todos estos años, desde que se puso en marcha la ruta de transporte de mercancías en mulas y carros desde Alcañices hasta Zamora capital.

De los viajes de un día a la línea regular

Aquellos viajes duraban prácticamente un día y supusieron el punto de partida de lo que sería el despegue de la empresa ya a partir de los años 40. Fue Matías del Río quien solicitó entonces la autorización para crear una línea de viajeros entre Zamora y Salamanca, lógicamente con vehículos a motor, que se dirigía a la capital del Tormes diariamente.

Aquel servicio se conoció durante años como "el Matías" y fue ampliando su flota con el paso de los años, también con el fin de incrementar las frecuencias, dado el incremento de la demanda.

En los años 60, el propio Matías del Río participó en la puesta en marcha de una estación de autobuses en Zamora y, más tarde, también en Salamanca. Aquello sucedió justo antes de la explosión de clientes que comenzó a recibir la empresa: primero, con el tráfico laboral hacia las capitales provocado por el éxodo rural; y, ya años más tarde, con la incorporación a la vida universitaria de las generaciones del "baby boom".

Es entonces cuando comienza a implementarse un sistema de bonos que primero se troquelaban a mano y que, a partir de 1996, se convirtieron en una tarjeta magnética multiviajes. La flota también siguió ampliándose hasta alcanzar los 35 autobuses, aunque esa cifra se ha reducido ahora hasta los 32.

La propia empresa recuerda cómo, a lo largo de las épocas, se forjaron relaciones en aquellos viajes, se montaron partidas de tute en los asientos y se forjó una comunidad ahora más impersonal en la era de los teléfonos inteligentes. Matías del Río murió en 1985, pero la saga continúa con el objetivo de recuperar las cifras de viajeros previas a la pandemia y de mantener el negocio creado en Aliste hace ahora cien años.

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