Entrevista | Norberto González Pintor

“En mis creaciones el automóvil representa la presencia simbólica del ser humano”

“He pintado durante varios años una obra del Bernabéu por la idea de la elipse como forma geométrica y su dinámica en la composición”

El pintor Norberto junto a una de las piezas situadas en la capital zamorana. | Ana Burrieza

El pintor Norberto junto a una de las piezas situadas en la capital zamorana. | Ana Burrieza / Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Las obras de Norberto González, conocido artísticamente solo como Norberto, pueden contemplarse hasta el próximo día 9 de enero en la galería de arte Espacio 36-Ángel Almeida.

–¿Cómo surge la muestra “Habitar el tránsito?

–Para mí un tránsito es el espacio temporal que se ubica entre dos lugares más o menos estables. Este lugar, a veces puede convertirse en el tramo donde uno puede quedarse intencionadamente para seguir buscando, sin la intención de querer llegar realmente a ningún punto concreto, solo ir y venir y disfrutar del camino, del viaje, de ese no-lugar que es el tránsito.

–¿Qué se puede ver en ella?

–Se trata de 23 obras, la mayoría concebidas en distintos momentos del pasado, alguna hace más de una década. Durante ese tiempo han experimentado cambios que tienen que ver con lo que yo considero una evolución natural en mi forma de concebir la pintura, tanto formal como conceptualmente.

–Llama mucho la atención un gran cuadro del antiguo Bernabéu donde plantea de fondo toda Madrid. ¿Cuál fue la mayor dificultad que tuvo ?

–No fue la afición al fútbol lo que me impulsó a realizar esta obra, sino la idea de la elipse como forma geométrica básica y su dinámica continua en la composición, recorrer con la mirada una elipse sin poder salir de ella. Lo empecé en el año 2016 y he seguido trabajando sobre él hasta prácticamente el día anterior a que se lo llevaran para la muestra. Técnicamente resultó un reto ya que el cuadro empezó siendo de menor formato y a medida que fui avanzando fui ampliándolo también físicamente. Utilicé cientos de imágenes como información gráfica y al final, aunque reconocible, una mínima observación del espectador que conozca el lugar podrá comprobar que prácticamente nada coincide con la realidad. Uno cree pintar la realidad, pero la ésta cambia cada segundo, y al final el realismo resultante no tiene más remedio que acabar siendo lo opuesto, es decir, pura invención.

Norberto junto a una obra

Norberto junto a una obra / ANA BURRIEZA

–Varias de sus obras están situadas en Zamora y entre ellas, una donde sitúa un vehículo un Seiscientos en medio de la Farola donde juega con las luces y las sombras para generar atmósfera enigmática.

–En ese cuadro el coche se encuentra con una bifurcación que le deja atravesado entre dos caminos. Ese coche puede ser cualquiera de nosotros cuando nos enfrentamos al conflicto de tener que elegir entre dos opciones y quedamos bloqueados por la disonancia de creer que el mejor camino será siempre aquel que decidimos no tomar.

–Uno de sus sellos de identidad es el uso de vehículos clásicos situándolos en espacios atípicos o infrecuentes normalmente urbanos, ¿qué pretende con ello?

–En mis cuadros el automóvil es la presencia simbólica del ser humano. No son simplemente coches pintados, somos nosotros, posando, pensando, esperando o interpretando un papel en el espacio urbano que funciona como un escenario de teatro.

Obras expuestas en Espacio 36

Obras expuestas en Espacio 36 / ANA BURRIEZA

–En la muestra sitúa un Seat 1500 junto a un bar de carretera ¿es la línea de trabajo que desarrolla ahora?

–No lo sé, la verdad. Solo pensé en un taxi antiguo de Madrid cargado de maletas habitando en ese tránsito. Quizá ese taxi esté esperando a su viajante, mientras éste disfruta de la vista que le ofrece el paisaje con la silueta de Zamora al atardecer, quizá también esté tomándose una Fanta naranja en el bar de carretera, antes de continuar el viaje.

–También plantea otra obra en una autovía anárquica con vehículos más modernos en un momento de lluvia, lo que rompe con lo que expone en Zamora.

–Es la imagen que cualquier persona puede recordar fácilmente si va en automóvil hacia su lugar de trabajo cada mañana. Puede ser una imagen típica, siempre la misma, pueden cambiar los coches, pero siempre será muy parecida a la de la mañana anterior. Sin embargo, si decides detenerte a observarla durante más tiempo, comprobarás que ningún automóvil circula por donde le corresponde ni sigue el carril que debería.

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