La Opinión de Zamora

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Cuando Zamora dinamitaba su patrimonio

Francisco Javier Rodríguez Méndez relata la alevosa demolición de la Puerta y Muralla de Santa Clara

Puerta de Santa Clara, desmochada tras paralizarse el primer derribo. Estudio de Francisco Javier Rodríguez Méndez

“El proceso de destrucción sufrido por la muralla de la puerta de Santa Clara, desde el inicio de su derribo (1883) hasta la desaparición de los últimos vestigios situados en el lugar que hoy ocupa un anodino edificio (1967) -se refiere al antiguo Banesto-, constituye la quintaesencia de la lucha de la ciudad histórica para desembarazarse de unos restos que no suponían entonces más que un freno a su desarrollo. Para la consecución de esta meta no se dudó a la hora de usar los medios más expeditivos: desde la dinamita hasta la tergiversación histórica”.

Es el resumen que Francisco Javier Rodríguez Méndez, profesor de la Escuela Politécnica Superior de Zamora hace en su estudio sobre “La Muralla de Santa Clara en Zamora. Crónica de una demolición alevosa (1883-1967)”, publicado en el último Anuario del Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo”.

Imagen de la Puerta de Santa Clara de Zamora original, con su gran torre defensiva

Imagen de la Puerta de Santa Clara de Zamora original, con su gran torre defensiva Estudio de Francisco Javier Rodríguez Méndez

La Puerta de Santa Clara se abría en el segundo recinto amurallado, erigido en el siglo XIII, “que circundaba la “ciudad nueva” siguiendo las actuales ronda de la Feria, avenidas de Alfonso IX y Portugal y ronda de Puerta Nueva”.

La cesión en 1868 de la titularidad de las murallas, “entre los ministerios de Guerra y Hacienda, constituye el punto de partida del proceso desamortizador de los venerables muros, que fueron troceados y adquiridos por particulares en sucesivas subastas”, esencialmente los propietarios de los solares colindantes.

En agosto de 1883 “se encontraba la Corporación municipal inmersa de lleno en la tarea de liberar totalmente a la ciudad del cinturón que la oprime”. No pudo derribar la puerta de Doña Urraca, declarada monumento nacional, pero sí comenzó a derribar el torreón de la puerta de Santa Clara, por “el peligro de ruina y razones de higiene y ventilación”. Hubo claro, oposición de los responsables de lo que hoy sería Patrimonio, por ello “mientras se tramitaban estos informes el Ayuntamiento aceleró las obras de demolición empleando inclusive barrenos y pólvora”.

Cubos de muralla en lo que hoy es la avenida Alfonso IX Estudio de Francisco José Rodríguez Méndez

Las gestiones de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando paran la obra y el torreón queda a medio derribar hasta 1890, cuando se elimina totalmente. El ornato público, la higiene y seguridad de los peatones, los atascos de carros para entrar y salir de la ciudad por el estrecho paso fueron razones esgrimidas entonces, además de seguir “el ejemplo de otras capitales como Barcelona, Zaragoza, San Sebastián, La Coruña y Santander”, sin el cual Zamora “jamás habría de verse libre de arrastrar la condición de pueblo sin importancia”.

El ultimo tramo de la muralla de Santa Clara se derribó para el edificio del antiguo Banesto. En el suelo de la calle el pavimento blanco recuerda por dónde iba la Puerta de Santa Clara Emilio Fraila

Incluso niega que puerta y torreón fueran del siglo XI, como estaban catalogados, y fecha su construcción en el siglo XVIII, lo que, evidentemente, es una tergiversación histórica. Este primer derribo de la torre, aunque paralizado, tuvo su efecto, ya que la acción de los agentes climatológicos y la desidia degradan los restos, el vecindario se queja de desprendimientos y estado ruinoso. La oposición del gobernador civil no detiene al alcalde, que el 1890 comunica la finalización del derribo del torreón y puerta de Santa Clara.

Cubos de muralla en la actual Alfonso IX Estudio de Francisco José Rodríguez Méndez

Desmochada la torre y ensanchado el paso por la antigua puerta, la marea demoledora no se detuvo (...) entre 1890 y 1925, se siguieron derribando tramos y puertas a un ritmo sostenido: puertas de San Pablo y Nueva (1897), murallas de San Torcuato (1901-1905), torres del puente (1905), puerta del Pescado (1907), puerta de San Martín (1908), puerta de Santa Ana (1914), murallas de Santa Clara a San Pablo (1923), puerta del Mercadillo (1925)”.

Entrada de Santa Clara. A la derecha se observan aún restos de muralla Estudio de Francisco José Rodríguez Méndez

En julio de 1891, iniciada la construcción del nuevo Puente de Hierro el Ayuntamiento encarga el proyecto de “ronda o gran vía desde Santa Clara y la Feria”. El objetivo era la completa demolición de las murallas en todo el trayecto de la vía para el desarrollo del comercio.

En los años siguientes el estudio de Rodríguez Méndez ofrece los pormenores de la lucha entablada entre el Ayuntamiento y los propietarios particulares, por un lado, con la Comisión Provincial de Monumentos unos por derribar la muralla, que va perdiendo paulatinamente cubos y paños en lo que hoy es Alfonso IX, incluso de nuevo con la utilización de barrenos aprovechando las obras de la ronda, y que concluye en 1967 con una sentencia del Tribunal Supremo que autoriza el derribo del último tramo de muralla en esta zona para construir el edificio de lo que fue en Banesto (hoy Banco de Santander), a la entrada de Santa Clara.

Dinamita contra el patrimonio: Puerta y Muralla de Santa Clara, la crónica de una demolición alevosa

Unas semanas más tarde el Comisionado de Bellas Artes, Gabriel Alomar propulsa el proceso de declaración del casco antiguo de Zamora como Conjunto Histórico-Artístico. El Ayuntamiento interpretó este nuevo movimiento del Comisario de Bellas Artes como una reacción a la “reciente victoria de los intereses de Zamora” y se opone, en una campaña que recabó “el apoyo de todos los estamentos zamoranos” y que sólo encontró la oposición de algunos ciudadanos particulares.

El decreto de declaración del casco antiguo de Zamora como Conjunto Histórico-Artístico, apareció publicado en el BOE el 6 de marzo de 1973, aunque al tardar seis años permitió que se edificara en altura sin la supervisión de Bellas Artes.

DERRIBOS DE PUERTAS Y MURALLA DE ZAMORA DE 1890 A 1925

Puerta de Santa Clara (1890)

Puertas de San Pablo y Nueva (1897)

Murallas de San Torcuato (1901-1905)

Torres del Puente de Piedra (1905)

Puerta del Pescado (1907)

Puerta de San Martín (1908)

Puerta de Santa Ana (1914)

Murallas de Santa Clara a San Pablo (1923)

Puerta del Mercadillo (1925)”.

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