La limitación de la velocidad de 30 kilómetros hora en las ciudades arroja resultados positivos en la siniestralidad y en términos de contaminación. Sin embargo, no todo es positivo y los talleres de la provincia están notando un importante incremento de conductores que acuden con sus vehículos.
Los profesionales indican que lo habitual es que los automóviles presenten fallos en el motor y el filtro antipartículas, sobre todo en los modelos diésel, causados por una menor revolución del motor que genera que las partículas contaminantes se acumulen en el sistema y puedan llegar a dañar el filtro.
En el caso contrario, la mayor utilización de las marchas cortas también preocupa, al provocar un mayor desgaste del embrague, un exceso de vibraciones y esfuerzo, que deriva en averías en la válvula EGR, con la consiguiente pérdida de potencia en el motor, tirones y dificultad para el arranque; y, nuevamente, en el filtro antipartículas. A esto, hay que sumar que revolucionarlo de más aumenta el sonido del motor y dispara el consumo de combustible.
Estas circunstancias se ven incrementadas por la “edad” de los vehículos zamoranos, que de media superan los quince años y no han sido diseñados para circular a baja velocidad de forma constante.
Recomendaciones: revolucionar y correr
Ante estas problemáticas, los mecánicos recomiendan salir a carretera de vez en cuando para que el filtro pueda regenerarse por si solo al utilizar marchas más largas, así como revolucionar el coche durante un breve periodo de tiempo. Si la recomendación llega tarde, el siguiente paso es acudir al taller para que traten de forzarlo con un ordenador; y, si los anteriores no funcionan, será necesario desmontar el filtro para limpiarlo o, definitivamente, sustituirlo.
Coste: entre 200 y 3.000 euros
El coste económico de estas averías puede llegar a ser muy elevado. De media, la limpieza del filtro ronda los 200 euros, mientras que la sustitución varía entre los 800 y 3.000 euros dependiendo del modelo del coche. El embrague no se queda atrás y arreglarlo supone un desembolso de entre 400 y 1.300 euros, por lo complejo de la sustitución e instalación.
