El conocido hostelero Miguel Fernández, propietario de mítico Café Numancia de Zamora capital, ha fallecido a los 65 años en un accidente de tráfico ocurrido poco antes de la una de la tarde, según la información facilitada por el servicio de emergencias 1 1 2. El suceso se ha producido tras la colisión de la moto que conducía contra un vehículo en la travesía de Cardenal Cisneros, casi a la altura del Centro de Transportes de Zamora.

El impacto de la motocicleta y el turismo causó la muerte de Miguel prácticamente en el acto en el lugar del siniestro, a donde se trasladaron a las 12.55 horas la Policía Municipal, unos minutos antes que los sanitarios con la UVI móvil. A su llegada, los agentes trataron de reanimarlo sin éxito al igual que los sanitarios, quienes no pudieron hacer nada para salvar su vida.

Miguel e Isabel del Café Numancia.

Uno de los locales y terrazas de ocio nocturno de visita obligada

La noticia ha conmocionado a los zamoranos, ya que el local que regentaba desde hace 37 años junto a su esposa Isabel Pascual ha visto pasar a numerosas generaciones de jóvenes y ha logrado mantener una clientela fiel de todas las edades. Miguel, que comenzó en la hostelería a los 14 años en el bar La Farola, ha sido un hostelero activo, junto a su mujer Isabel, quienes llevaban el Numancia desde 1985, cuando abrieron un bar de tapas para convertirlo al poco en una de las sedes obligadas de ocio nocturno, en las últimas décadas, con conciertos de música variada desde hace 33 años. De hecho, para este mismo viernes estaba programado un concierto en su fantástica terraza que ya ha sido cancelado.

Empresario con iniciativa y luchador, lo mismo celebraba la feria de abril que la Noche de los Reyes Magos, con rifa de regalos incluida, con cada consumición. Las madrugadas del 5 de enero, el Numancia se quedaba sin aforo para tanta fiesta, tanto, baile, tantas risas y tantas sorpresas, ñera difícil abandonar el Café sin un presente de sus majestades en la mano: hasta gallinas vivitas y coleando llegó a rifar entre aclamaciones de los clientes y foráneos que se unían a esa gran celebración.

Miguel e Isabel eran el alma del local, en un tiempo con la ayuda de sus hijos Rodrigo y Pablo, ahora residentes en Sevilla, a donde solían acudir para visitar a su nieto Ángel.

Con los "moteros"

Su gran afición a las motos volvió a engancharle de forma especial desde 2015, cuando decidió convocar concentraciones "moteras" en su establecimiento, tras ampliar las instalaciones en el local anexo al Numancia donde lo mismo montaba el escenario de los grupos que tocaban en verano para sus clientes, que una buena merienda-cena para agasajar a sus amigos o a colegas de "ruta", a los mismos que este sábado, día 3 de septiembre, se habían dado cita para clausurar esos encuentros. "Esta iba a ser la última concentración", comentaba su compañera de vida, Isabel Pascual, rota por la partida de Miguel.

Sin pertenecer a ninguna asociación de motoristas, Miguel el del Numancia había conseguido que el sábado se desplazaran a Zamora unos 200 motoristas. Su peculiar personalidad, su generosidad, su pasión por esas motacas, estaban tras el evento. Él mismo tenía, su Harley Davidson, la ilusión de su vida era ponerse al volante de una de estas míticas, tras aquella Yamaha Virago que condujo durante tiempo, recuerda su hijo Rodrigo.

Miguel, Isabel y sus hijos en el concierto de los Rolling Stones.

Último adiós

La capilla ardiente está instalada en el tanatorio Sever, ubicado en la carretera de Villalpando. El entierro de Miguel Fernández tendrá lugar este viernes 2 de septiembre a las 17.00 horas en la iglesia de Cristo Rey. Un último adiós que será multitudinario, como lo eran todas las iniciativas que Miguel, con el apoyo de su incondicional Isabel, montaba en su histórico Café Numancia.

Quién sabe si los motores no harán sonar sus máquinas, como le gustaba a Miguel, para despedir al amigo eterno.