La Opinión de Zamora

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Los pequeños negocios de Zamora, “ahogados” ante una inflación desbocada

“La situación es crítica y el aumento de precios nos afecta a nosotros y a nuestros clientes”, aseguran comerciantes y hosteleros de la capital

Un comerciante muestra uno de sus productos a un cliente. Jose Luis Fernández

La inflación aprieta (y mucho). La provincia de Zamora registró el pasado mes de julio una subida interanual del 11,9% en cuanto al encarecimiento de la vida tras “superar todas las expectativas”, según afirmó el director de Economistas de Valor, Juan Carlos de Margarida, que fue el encargado de presentar los datos.

El encarecimiento de la vida, que se percibe particularmente en los costes de los alimentos, de los consumos o de la gasolina, ya se deja notar tanto en los bolsillos de los ciudadanos como también en los comercios y en la hostelería. Gremios que se encuentran contra las cuerdas ya que, al elevado coste de la factura de la luz, se suma el elevado coste de la materia prima y los productos, entre otros factores que afectan “muy negativamente” a unos sectores “en crisis”.

“La situación es muy complicada porque estamos prácticamente ahogados”, declara Jesús Domínguez, dueño de un pequeño negocio en la ciudad de Zamora, que mira con cierto temor el futuro. “Ahora en el verano estamos algo más relajados, yo creo, porque al final vienen más clientes y tus ventas aumentan, pero de cara al trimestre que viene lo vamos a notar mucho porque al final todo sube menos los sueldos y eso claro que se nota a la hora de hacer la compra”, afirma.

“Facturas elevadas de luz, productos a un coste mucho mayor que hace unos meses... eso lo notamos. Si a eso sumas que a nuestros clientes les ocurre igual con sus facturas y sus gastos mensuales... La situación es crítica para todos”, declara.

Y es que los datos que se registran confirman que el aumento del nivel general de los precios se ha trasladado al conjunto de la economía y eso produce que los datos de consumo cada vez sean más bajos e incluso se asemejen a los de principios de siglo.

“Los clientes también notan la inflación y, claro, tampoco puedes subirle los precios constantemente porque eso no está bien”, afirma Ana García, propietaria de la Tapería Azemur de Zamora, ubicada en la calle de San Andrés. “Todos los días notamos la subida de algún producto y esto hace que la situación para nosotros sea muy complicada”, se sincera.

Muy cerca se encuentra la conocida Churrería Malú, donde también la inflación se deja notar de una forma más que negativa. El incremento de los precios de productos como el aceite de girasol o la harina, muy utilizados y en gran cantidad por los churreros en su día a día, ponen en riesgo a un sector que se siente “damnificado”. “La materia prima ha subido una barbaridad. El aceite cerca del triple, la luz, el doble, y la harina en torno a un 30%. Con esto que te digo, es muy complicado sacar renta”, indica Andrés González, dueño del establecimiento zamorano.

“Hay que trabajar más pero para ganar menos. La situación es complicada porque la inflación se nota mucho en nuestro negocio”, declara. “Está todo muy cuesta arriba y no sé hasta dónde vamos a llegar, la verdad”, manifiesta.

Una inflación, desbocada en Zamora, donde los precios han subido cinco veces más que los sueldos durante el último año. De este modo, las circunstancias económicas actuales han provocado una pérdida de poder adquisitivo generalizada entre una ciudadanía que ve cómo, en estos momentos, resulta mucho más costoso llenar la cesta de la compra, pagar los suministros, costear los repostajes o salir a cenar a bares o restaurantes.

“Cada vez que pedimos algún producto, viene con una subida aún mayor que la última vez que pedimos dicho producto. Es muy complicado así“, comenta María Teresa Juárez, propietaria de un pequeño comercio en la ciudad. “La situación es crítica y la inflación nos está afectando muy negativamente tanto a nosotros como a nuestros clientes”, manifiesta.

Pequeños negocios que, día tras día, luchan por seguir hacia delante a pesar de las múltiples piedras que van superando por el camino como son la constante subida energética, el alto coste de los productos así como una pandemia de COVID. No obstante, muchos se quedan por el camino y se ven abocados al cierre. Y es que la inflación aprieta a los negocios de una provincia como la de Zamora, donde se siguen registrando datos de auténtico récord.

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