De la desgracia se pueden extraer, muchas veces, positivas conclusiones sobre la naturaleza humana y el corazón que se esconde bajo el abrigo de los habitantes de estas tierras recias y frías. Lo que empezó como una fatalidad acabó como una especie de cuento de Navidad con final feliz, por más que aún no haya aparecido el dinero de la pensión perdida por una ciudadana nada más salir de la sucursal bancaria donde había ido a buscarlo para poder pasar el mes.

El suceso se produjo en la sucursal de CaixaBank de las Tres Cruces. O al menos, ahí empezó, cuando una ciudadana acudió con su libreta a sacar el importe de la pensión, la magra paga que le permite llegar a fin de mes.

Sin embargo, en algún momento debió perder la cartilla del banco, con el dinero dentro, aunque no se percató de dónde pudo ocurrir el despiste. Desesperada, relató los hechos en las redes sociales y los recogió un grupo de Facebook especializado en intentar ayudar a los zamoranos en las más variadas cuestiones. “Buenas tardes, aunque para mi no lo son. Ayer fui a sacar dinero del cajero de las Tres Cruces y a la salida fui a la farmacia a coger unas mascarillas y he perdido la cartilla del banco Caixa con dinero dentro. Si alguien la ha visto o encontrado le rogaría que se pusiera en contacto conmigo pues es la pensión muy pequeña y era lo que tenía para todo el mes”.

Una ciudadana le ofrece la mitad de su pensión

El mensaje caló hondo entre los ciudadanos, que se pusieron rápidamente en el lugar de la pensionista y ofrecieron su ayuda. “Ojalá tengas suerte y lo recuperes. Si aún así sigues necesitando ayuda, seguro que entre todos podemos hacer algo. En este grupo hay mucha gente solidaria”, escribía una participante en un grupo de Facebook. Otra zamorana se puso en contacto con este diario para ofrecer la mitad de su pensión a la infortunada ciudadana: “He visto vuestra publicación en la que decís que alguien ha perdido su pensión tras sacarla del banco. No sé quién es, no sé la cantidad perdida, no sé nada en relación con ésta noticia que acabo de leer...pero lo que sí sé es que el disgusto que tendrá esa persona será mayúsculo. Solo quiero aliviarle lo más posible su disgusto y que pueda cumplir sus deseos como ella lo hubiese planeado. Ójala fuera tan sencillo solucionar otros problemas. Y que conste que mi situación económica no es la más boyante del mundo, pero sí lo suficiente como para poder echar una mano. Quizás en otra ocasión sea yo la que tenga que pedir ayuda”.

La afectada agradeció las muestras de solidaridad, aunque rechazó todos estos ofrecimientos, ya que fue su propia familia la que le echó una mano con el fin de solventar las necesidades básicas en lo que resta de diciembre, con lo que da por zanjado el desagradable incidente.

En todo caso no pierde aún la esperanza de que pueda aparecer la cartilla con el dinero, quizá en la oficina de objetos perdidos de la Policía Municipal, aunque de momento nada se sabe de su paradero.