El teléfono de Francisco José Requejo no suena. El diputado de Ciudadanos tiene la llave de la gobernabilidad en la Diputación Provincial, pero nadie aún le ha llamado para proponerle un pacto y eso que tan solo restan cinco días para la constitución de la institución. El foco, durante los últimos días, ha estado en otros asuntos. Por ejemplo, en la batalla interna del Partido Socialista que enfrenta a Antidio Fagúndez con Tomás del Bien. O en las acusaciones del propio dirigente naranja sobre injerencias de José María Barrios en el proceso de elección del representante de Ciudadanos. Se ha hablado de muchas cosas, pero no de lo esencial: quién será el próximo presidente de la Diputación de Zamora.

Los resultados del pasado 26 de mayo dejaron un panorama completamente abierto para gobernar la institución y, desde entonces, todas las miradas han estado puestas en la decisión que vaya a tomar Ciudadanos. Tanto Partido Popular como Partido Socialista se han interesado por hacerse con la Presidencia con los naranjas de socios. Pero, desde que Francisco José Requejo fue elegido diputado, ni uno solo de los tres partidos implicados ha contactado con él para comenzar a negociar.

La situación que atraviesa el PSOE ha alejado la lupa mediática de la Presidencia de la Diputación Provincial. De hecho, desde el pasado jueves, nadie habla de pactos y sí de guerras. La apertura de expediente disciplinario a Tomás del Bien, que podría concluir en expulsión del partido, ha centrado todas las declaraciones de los dirigentes socialistas. El control del aparato está pesando más que la gestión de la institución provincial. Y es que, el alcalde de Toro, de no haberse producido este enfrentamiento, tenía muchas papeletas para asumir el liderazgo del puño y la rosa en La Encarnación. Con él fuera de juego, nadie parece querer cargar con ese rol de entre los diputados restantes.

La dirección del partido que ostenta Antidio Fagúndez afirma que están "centrando esfuerzos" para alcanzar el gobierno de la provincia. Sin embargo, durante todo el fin de semana, nadie ha llamado a Ciudadanos para comenzar a negociar. La estrategia del PSOE pasa por convencer primero a la formación naranja para posteriormente contactar con Izquierda Unida, quien ya ha mostrado su intención de apoyar a un presidente socialista. No obstante, aún no se ha producido ninguna reunión a tres para avanzar en esta posibilidad y no va a ser Ciudadanos quien se encargue de iniciar conversaciones.

Desde la acera de enfrente, el Partido Popular tampoco ha movido ficha. La relación entre José María Barrios y Francisco José Requejo está más tirante que nuncadespués de que el líder de Ciudadanos denunciara "injerencias" del presidente de los populares en el proceso de elección del diputado naranja. Requejo fue más allá y dijo que lo ocurrido se asemejaba a "prácticas mafiosas", desveló la existencia de presuntas llamadas para presionar a los concejales de Ciudadanos y expuso, de manera contundente, que Barrios no era el presidente al que le gustaría apoyar para un gobierno en la Diputación Provincial.

Los populares deberían convencer a Francisco José Requejo para asegurarse la Presidencia en la institución provincial, aunque no es estrictamente necesario cosechar ese apoyo. Si no hay acuerdo a tres entre Partido Socialista, Ciudadanos e Izquierda Unida, el PP podría mantener su poder en La Encarnación con los doce diputados cosechados tras el paso por las urnas del pasado 26 de junio. Esto es lo que ocurriría si la constitución de la Diputación se celebrara a día de hoy, dado que ninguno de los actores participantes ha avanzado en conversaciones con absolutamente nadie.

El camino que sí lleva andado el Partido Popular respecto al resto es el del liderazgo. Alfonso Fernández Mañueco designó a José María Barrios como candidato a presidente de la Diputación Provincial quince días antes de la celebración de las elecciones municipales. Una decisión que no se discute. En el Partido Socialista, precisamente, ha ocurrido todo lo contrario. Cuando todas las miradas apuntaban a Antidio Fagúndez para asumir el papel de aspirante a la Presidencia, él decidió eliminar cualquier posibilidad renunciando a su acta de concejal del Ayuntamiento de Zamora.

Fue entonces cuando la vista de todo el mundo se dirigió hacia Toro; concretamente, hacia Tomás del Bien. El alcalde de la ciudad de Doña Elvira mostró su intención de concurrir como diputado provincial y se ofreció para llevar el peso de las negociaciones con Ciudadanos. No le iba a costar mucho convertirse en el hombre fuerte del PSOE en la Diputación y todo el mundo le daba como candidato a presidente. Pero, precisamente, fueron esas dos decisiones, contrarias a las directrices marcadas desde la dirección del partido, las que terminaron por colmar la paciencia de la ejecutiva provincial y le supusieron la apertura de expediente disciplinario que terminará, previsiblemente, con su expulsión a lo largo de la presente semana.

Y mientras todo esto ocurre, Izquierda Unida pasa de costado por cualquier tipo de polémica. Tanto Miguel Ángel Viñas como Francisco Guarido han asegurado en las últimas semanas que sus cuatro diputados apoyarán a un presidente socialista. Y hasta ahí. Al igual que nadie ha llamado a Ciudadanos, tampoco ha sonado el móvil del coordinador de la coalición de izquierdas. La formación solo entrará en el juego si previamente hay pacto entre PSOE y Ciudadanos, pero la negociación tampoco promete ser fácil; Viñas ya ha aclarado que sus votos no serán gratuitos.

El Pleno de constitución de la Diputación Provincial de Zamora y la elección de su presidente está prevista para el mediodía del viernes 28 de junio. A día de hoy, cualquiera de los escenarios posibles está más abierto que nunca.