La Guardia Civil arrestó ayer a cuatro menores de edad acusados de cometer robos en centros escolares de la provincia, donde se han venido sucediendo este tipo de delitos en los últimos años, con mayor frecuencia desde 2011.

Los arrestados fueron ayer interrogados sobre los hechos que se les imputan, sobre los que se han venido recabando pruebas hasta disponer de las suficientes para poder apresar a estos cuatro imputados. La Fiscalía de Menores será la encargada de llevar a cabo la investigación, iniciada por la Comandancia de Zamora, para determinar el grado de implicación de los acusados en lo que podría ser una pequeña organización dedicada a cometer robos.

Los arrestados se llevaban diverso material de los centros escolares, que supuestamente destinaban a la venta en el mercado ilegal a un precio más bajo. El objetivo es hacerse con artículos de informática, así como electrónicos que tengan salida comercial y dinero en metálico allí donde fuera posible.

Las diligencias que inicie la Fiscalía de Menores se remitirán al Juzgado especializado, donde se abrirá un expediente para determinar si se debe celebrar un juicio y qué medidas imponer para reconducir a los adolescente que se han visto implicados en el delito. Las medidas pueden llegar al internamiento en el centro especial de Menores de Zambrana, en función de la gravedad de la infracción que se determine que han cometido. La información sobre los detalles de la operación no ha trascendido porque la Guardia Civil podría llevar a cabo nuevas detenciones, con lo que la discreción al respecto es absoluta.

No es la primera vez que los agentes han llevado a cabo intervenciones de este tipo para esclarecer los robos que se vienen sucediendo en los centros escolares de la provincia.

La última que se difundió fue la realizada a primeros del pasado mayo, cuando se identificó y apresó a seis personas a las que se imputó hechos similares en la escuela y la guardería de Moraleja del Vino, y en el colegio San Vicente de Paul de Benavente, hechos que tuvieron lugar en la madrugada del 27 de marzo.

Las detenciones se produjeron en Ciudad Real, donde se localizó a los seis imputados en nada menos que 52 robos ocurridos en centros escolares de todo el país, tres de ellos de nacionalidad rumana y residentes en localidades de Madrid, como Manzanares y La Solana. Los otros tres, entre ellos un hombre de 44 años, el supuesto jefe de la banda, vivían en Arganda del Rey. Los dos más jóvenes eran de Rumanía.

Los dos grupos actuaban como las bandas de delincuencia itinerante, cuyos integrantes residen en Madrid o alrededores y se desplazan en un vehículo a otras provincias con buena comunicación con la capital del Estado con el objeto de asaltar colegios, durante la madrugada.