El acceso a la parte alta del Castillo de Zamora permanece cerrado al público desde hace unos veinte días "por motivos de seguridad", según reza el cartel informativo colocado en una valla de obra que impide el paso, ya que se han detectado pequeños desprendimientos en algunas partes de los muros del recinto defensivo, que ya se ha ordenado reparar.

Se trata, indica el concejal encargado de la instalación, Francisco Javier González, de pequeños deterioros que se producen en la parte alta de los muros y que no llegan siquiera a ser desprendimientos, aunque es preciso acometer periódicamente tareas de mantenimiento. El arquitecto Francisco Somoza certifica que se trata de deterioros de escasa entidad, que no llegan siquiera a la categoría de desprendimientos, producidos por distintas causas, como puede ser la vegetación que se va desarrollando en los muros. El técnico sí cree conveniente que la fortaleza defensiva contara con algún plan de mantenimiento preventivo que con relativamente poco esfuerzo permitiera que el edificio estuviera en condiciones y se evitaran desperfectos. "Todos los edificios necesitan un mantenimiento, y más los que son antiguos como este". El concejal asegura que siempre que se observa algún pequeño deterioro en la fortaleza se analiza por parte de los técnicos y se acomete su reparación, aunque está de acuerdo con que quizá lo mejor sería tener contratado algún tipo de servicio de mantenimiento continuo. En todo caso, de una u otra forma el Castillo si recibe mantenimiento.

Por otro lado, Francisco Javier González se muestra partidario de restringir el libre acceso a la parte alta de la fortaleza, y de establecer la visita mediante grupos a cargo de un guía. De esta manera se evitaría que sobre todo la gente joven, pueda subirse a zonas de la parte alta que no están permitidas, poniendo en riesgo su propia seguridad y provocando el deterioro mayor del inmueble más allá del provocado por el paso del tiempo. Es una propuesta que defiende para una mejor gestión de las visitas de lugareños y turistas al emblemático espacio.

Hay ideas también que apuestan por la conveniencia de cobrar una entrada, aunque sea simbólica, por entrar al Castillo, figura que permitiría lograr unos ingresos para el mantenimiento y también tener un mayor control sobre la utilización que de los espacios hacen los visitantes. La idea es que la gente que paga por visitar un espacio en general se muestra más respetuosa que si se deja la entrada libre. De momento ya ha habido iniciativas municipales en este sentido aunque a día de hoy todavía no se han concretado y el acceso sigue siendo libre y gratuito.

El hecho de que el Castillo sea un espacio de visita frecuente por zamoranos que viven dentro y fuera de su tierra es un argumento a favor de mantener como está el régimen de visitas, gratis, aunque parece necesario que haya un mejor control y mantenimiento del inmueble.