"Han logrado una excelente ambientación que nos lleva al Medievo, todo está muy ordenado y limpio. Hay una amplia variedad de productos donde elegir y más comerciantes que otros años", testimonia Nieves Rivera que junto con dos amigas visitó ayer el amplio Mercado Medieval tal y como tienen la costumbre de hacer desde hace años.

El zoco comienza en la Plaza Mayor donde, hasta el lunes, están ubicadas atracciones para niños y puestos de comida, mientras que en la calle Ramos Carrión comienzan a sucederse los puestos. Apetitosos quesos y embutidos, joyería o juguetes artesanales para los más pequeños. A las puertas del Parador se encuentra Gerardo Martín preparando unas garrapiñadas que luego venderá. Este profesional zamorano es la primera vez que participa. "Hemos estado en otros mercados más pequeños y ¡habrá que probar suerte en el nuestra tierra!", dice mientras que su compañero Luis Galdón, que regenta un puesto de té que ha venido en otras tres ocasiones, detalla que "hay mucho movimiento de gente, ahora a ver si compran y el tiempo nos acompaña".

Los olores de los jabones, de los dulces artesanales o de infusiones se entremezclan con los puestos de comida bajo la atenta mirada de Viriato. Por la rúa de los Francos un grupo de música toca sones medievales mientras que un niño solicita a su madre un espada de madera. "Hay muchas cosas realmente interesantes, pero los precios son elevados" apunta Ana Barrientos y prosigue: "Reconozco que los productos son de calidad, hechos artesanalmente por profesionales que tienen que desplazarse, pero carísimos".

En esta edición los más pequeños pueden disfrutar con un carrusel, ubicado en la plaza de San Ildefonso, conocer aves rapaces, en la plaza de Fray Diego de Deza, o bien disfrutar con unos juegos de pericia, distribuidos a lo largo de la plaza de Arias Gonzalo. "¡Son muy divertidos!", manifiesta un niño de unos diez años. En la calle Obispo Manso existe una pequeña exposición de elementos de tortura como una jaula colgante, la rueda de brasas o el potro de torturas y un grupo de jóvenes soldados se preparan para las justas en el campamento de los guerreros con la seo de fondo. "Es un acierto haber alargado el recorrido hasta la Catedral por las calles del casco antiguo porque es una zona ideal", indica José Fernández quien recorrió el mercado que estará amenizado en la jornada de hoy por un grupo celta, por Capitonis Durii o por el torneo de justas medievales.