El 15 de febrero de 2011, un mes y seis días después del crimen del joven abandonado en un monte de Villalpando, la Guardia Civil detuvo en A Coruña al principal sospechoso de haber acabado con la vida de este ciudadano rumano de un disparo tras una oreja, el que sería el único procesado por esta causa. Hasta esa localidad gallega huyó el principal sospechoso del homicidio, si bien quien supuestamente le mantuvo escondido en su casa en A Coruña está acusado de encubrimiento, por lo que el fiscal exige para él dos años y medio de cárcel.

Una vez localizado y detenido, la juez instructora del caso decretó su inmediato ingreso en prisión sin fianza, donde permanece desde entonces. El plazo máximo de dos años de prisión preventiva, debido a la pena a que puede ser condenado, comienza a contar desde el mismo momento en que se produce el arresto del acusado, por lo que la renovación de la medida judicial tiene lugar tres días antes de que expire el tiempo que estipula la Ley sin necesidad de acordar la ampliación.