Belén napolitano entre joyas de la Catedral de Zamora

El retablo que pintara Fernando Gallego en el siglo XV, el Altar de Plata o el relieve escultórico de la Natividad efectuado por Juan de Montejo el Viejo en el XVI escoltan por primera vez en la capilla del cardenal al centenar de figuras que integran el belén napolitano de la Amigos de la Catedral en su regreso al primer templo diocesano, tras dos años de exhibición del conjunto en otros templos diocesanos.

La Sagrada Familia situada en una gruta y rodeada por varios polichinelas, entre los que llama la atención uno que porta unos embutidos que se incorpora al montaje, y un conjunto de ángeles, siendo uno de ellos nuevo, dan la bienvenida al diseño planteado por el belenista Indalecio Álvarez Gutiérrez.

El zamorano en esta propuesta juega con las perspectivas. Así tanto en la gruta como en el arco, creado con varias de las construcciones, hace un guiño a belleza artística del oratorio al vislumbrarse en el primer caso el altar de plata y en el segundo, situándose el público donde está la caravana de los Reyes Magos, puede verse una de las pinturas del retablo de Gallego de la Catedral de Zamora.

El belén napolitano de Amigos de la Catedral en la capilla del cardenal Mella

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El nacimiento, que ocupa 30 metros cuadrados y lo bendijo el sábado por la tarde el obispo de Zamora Fernando Valera, reúne las escenas más significativas de la tradición belenista napolitana como el infierno, situado en las cercanías del pesebre, sin olvidar la vida en un pueblo ya sea italiano o de la Zamora vaciada, con escenas de la vida cotidiana, como una mujer sacudiendo una alfombra, un grupo hablando alrededor de una mesa, en la que hay hasta pan de verdad y uvas, sin olvidar los mercaderes, con productos como quesos olisqueados por tres ratones.

El nacimiento puede contemplarse hasta el próximo 7 de enero los laborales, salvo los martes que cierra, de 17.00 a 20.00 horas, los domingos y festivos de las 17.00 a las 20.30 horas.

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