La falta de secretarios lastra la gestión en pequeños ayuntamientos zamoranos

La figura del secretario-interventor, un funcionario habilitado nacional sin el que es casi imposible gestionar un ayuntamiento, por pequeño que sea, es cada vez más cotizada debido a que el número de habilitados es muy inferior al de los necesarios y las plazas que se crean año a año no llegan a cubrir la demanda de jubilaciones.

La situación y el problema que genera a los pequeños ayuntamientos zamoranos la expuso el presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez. La propia Institución provincial dispone de un servicio de asistencia a municipios con este tipo de profesionales para dar auxilio a los Consistorios de la provincia que temporalmente carecen de él. Aún así se trata de "apoyos puntuales, pero no puede prestar el servicio de secretaría permanente del día a día de todos los ayuntamientos de la provincia", declaró Faúndez, que pidió al Ministerio de Función Pública, del que es titular la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, que aborde la situación "con prontitud y solvencia" porque si no se va a convertir en "un problema recurrente que va a empeorar".

Como ejemplo citó el caso de una agrupación de municipios de la comarca de Toro que ha tenido dificultades por falta de secretario hasta que esta semana se ha incorporado uno procedente de la bolsa de empleo creada por la Junta de Castilla y León para contar con un listado de interinos para cubrir esas plazas.

Faúndez anunció que está redactando una carta que enviará a la ministra en la que le pedirá una reunión para tratar un asunto en el que "el Ministerio tiene que mover ficha con urgencia porque esto va a ir a peor", declaró. El presidente de la Corporación provincial lamentó que las plazas de secretario de ayuntamiento convocadas este año a nivel nacional, 183, sean un número "infinitamente inferior" al de jubilaciones. Por ello las situaciones provisionales no valen ya que, por ejemplo, la Diputación incorporó recientemente un secretario pero venía de tener plaza en un ayuntamiento por lo que "al final es desvestir a un santo para vestir a otro", apuntó Faúndez.

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