Sucesos en Zamora
Cárcel por quebrantar órdenes de alejamiento para el maltratador expulsado a Portugal
El imputado, que tiene más de 30 denuncias por otros delitos, está pendiente de sentencias por seguir, insultar y amenazar a su exnovia
El imputado testifica ante la magistrada del Juzgado de lo Penal. / S. A.
El joven maltratador que fue expulsado a Portugal en junio de este 2023 para preservar la integridad física de su exnovia y madre de su hijo está cerca de ingresar en prisión tras la condena a 18 meses de cárcel por quebrantar tres sentencias que le impedían acercarse o comunicarse con la joven víctima de violencia de género, una de las zamoranas cuyo caso está catalogado como de riesgo alto. El joven está acusado de seguir, de vejar y amenazar a la mujer, que tiene la guarda y custodia del hijo de corta edad.
El ingreso del imputado, de iniciales A.D.M.N., está pendiente de que la magistrada del Juzgado de lo Penal decida si le condena por aproximarse a su pareja en otras dos ocasiones más, delitos por los que la Fiscalía de Zamora exigió un año de cárcel por cada una de esas infracciones de las que se declaró inocente.
Uno de esos quebrantamientos de condena lo cometió el 20 de agosto de 2022, según la Fiscalía, en el parque de La Marina, donde se encontraba sentado en un banco con otros amigos cuando vio venir a la denunciante acompañada de su hermana y con su hijo que se dirigían a la zona donde había los caballitos y la feria que había en las inmediaciones de la fuente pública. Fue detenido por la Policía Nacional y se le impuso una orden de expulsión a Portugal por cinco años que la juez terminó por levantarle.
La exnovia le acusa de vejarla: "Zorra, tengo derecho a ver a mi hijo"
Pero, aunque el encausado tenía prohibido acercarse a menos de 500 metros a la mujer y comunicarse con ella por ningún medio, su expareja contó en el juicio que "vino hacia donde estábamos nosotras con el niño desde el monolito que hay, sin dejar de insultarme e increparme", con expresiones como "zorra, tengo derecho a ver a mi hijo", cuando el régimen de visitas para ver al pequeño está programado en el punto de encuentro por orden judicial.
La joven decidió cruzar la calle para alejarse del acusado y se dirigió a una pizzería situada en la avenida de Príncipe de Asturias para refugiarse en caso de necesidad e impedir a su excompañero sentimental que la alcanzara. Mientras, "mi hermana se quedaba a diez metros de mí", al otro lado de la calle para llamar a la Policía Nacional porque ya habían tenido otros dos incidentes similares con el procesado. La tensión fue máxima desde que se vieron y se fue intensificando a medida que se acercaba, "llegó a cruzar la carretera y fue a la misma acera de la pizzería", declaró la joven, una actitud que solo depuso, subrayó, cuando se percató de que la hermana de la víctima estaba llamando por teléfono.
Fue entonces cuando se A.D.M.N. se dirigió hacia el templete de La Marina, afirmaron la denunciante y la testigo, una versión totalmente contraria a la que dio el acusado que sostuvo ante la jueza que se encontraba en esa zona y "cuando me di cuenta pasaban por allí con mi hijo". Negó que hubiera perseguido a las hermanas y al menor, que hubiera ido en su busca, "ellas no se han cambiado de calle", aseguró durante el interrogatorio para describir que cuando se dieron cuenta de que él estaba en la ruta que llevaba. "La hermana ha llamado a la policía para decir "está ahí, está ahí"; yo ni me acerqué a ellas", sostiene el imputado que afirma que "yo estaba con dos chavales conocidos, sentado y hablando con ellos".
Manifestó que había ido a esta zona céntrica de la ciudad de esparcimiento, donde hay un parque infantil, porque "vivo cerca, en la plaza de Toros, y estaba de baja, operado de tendones". En todo momento, negó que frecuentara La Marina porque su expareja fuera con el niño a pasear por allí. Su abogada solicitó la libre absolución por entender que "no fue una situación buscada para incumplir la condena de alejamiento de su exnova, estaba en el lugar cuando ella llegó". La letrada considera que no queda acreditado que se acercara ni se dirigiera a la mujer.
El otro juicio celebrado también el jueves pasado en lo Penal está relacionado con la prohibición hasta agosto de 2024 a aproximarse a menos de un kilómetro de su expareja y de comunicarse con ella, una sentencia de agosto de 2020 que habría incumplido en mayo de 2022, cuando estuvo paseando con ella.
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